Rayel, Antef, Myth, Alexxia, Fan, Scarlet y Pequeña Artista. Son los nombres de las siete personalidades que viven en el interior de Lore, una chica mexicana de 35 años diagnosticada con el Trastorno de Identidad Disociativa (TID) y que a través de su canal, Long Soul System, en el que acumula más de 300.000 suscriptores en Youtube, trata de dar a conocer al mundo su enfermedad mental.
El TID es un trastorno desconocido para la población, pese a afectar a un 2% de su totalidad y haber tenido una fuerte presencia en la ficción, siendo la base del argumento de historias como El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, Psicosis o Múltiple.
La alteración mental que padece Lore, según explica la Clínica Mayo en su página web, «supone una desconexión y falta de continuidad entre pensamientos, recuerdos, entornos, acciones e identidad». Quien lo sufre, normalmente a raíz de un trauma vivido durante la niñez, «escapa de la realidad de formas involuntarias y poco saludables, llegando a experimentar periodos de amnesia o desarrollar identidades alternativas«.
Por ejemplo, en la película ‘Múltiple’, estrenada en 2016, el personaje interpretado por James McAvoy tiene 23 personalidades y se comporta de una forma agresiva, controlada al completo por las identidades que residen en su interior. Una perspectiva del trastorno que provocó gran controversia por su estigmatización de la enfermedad mental. Así, la Sociedad Internacional para el estudio del Trauma y la Disociación decidió lanzar un comunicado desacreditando la visión de este trastorno como algo peligroso que se muestra en la película y criticando que se hizo «a expensas de una población vulnerable que lucha por ser reconocida y recibir el tratamiento efectivo que ellos merecen».
Precisamente esa es la batalla que está librando Lore de ‘Long Soul System’, que además de dar visibilidad al trastorno a través de redes sociales, trata de desestigmatizar a las personas que lo sufren y evitar que vivan el calvario por el que ella pasó hasta descubrir qué era lo que le sucedía. «Con lo que hago espero que se pueda diagnosticar el TDI mucho antes de como se hace en la actualidad, porque en mi caso tardaron bastante. Empecé a ir a terapia a los 6 años y al psiquiatra voy desde los 11, pero no me diagnosticaron el trastorno hasta los 28, es demasiado tiempo. Muchas cosas podrían funcionar si se detectara la disociación desde mucho antes», comenta.
Lore (no da su nombre completo porque, según aclara, «la gente es muy intensa») explica que su TID surgió a partir de la violencia que sufrió cuando era niña, «una cosa bastante común por la que pasan muchas familias mexicanas». Su cerebro, para tratar de refugiarse de esa violencia, comenzó a disociar para tratar de entender la situación que la rodeaba, una experiencia vivida por muchos niños, que deben asimilar «la idea de que su madre les da cariño, pero también les pega».
Esta situación, que se produjo cuando tenía 15 años, «desembocó en conversaciones con otras personalidades alternativas a través de un cuaderno«, lo que trató de ocultar mientras el trastorno se desarrollaba sin pausa y sin un conocimiento exacto sobre él.
Años, incluso décadas, en los que Lore estuvo vagando entre psicólogos escuchando diagnósticos de «depresión, crisis de pánico, agorafobia, bipolarismo, trastorno de límite de la personalidad, obsesivo-compulsivo…». Lore tuvo una gran cantidad de valoraciones erróneas hasta que ella misma descubrió el término de la disociación y se puso a investigar sobre ello para, no solo averiguar su diagnóstico, sino conseguir licenciarse en psicología.
La vida con las personalidades
Tras este proceso, actualmente Lore se encuentra en el mejor momento de su vida, «estable y lúcida». Pero continúa conviviendo con siete identidades en su interior, las cuales cumplen un determinado papel dentro de su personalidad total.
Entre ellas, las cuatro más características son: Rayel que tiene 29 años y es la anfitriona, el personaje principal del cuerpo; Antef, con 32 años, es el único hombre del sistema y el principal protector del puzzle de personalidades que componen a Lore; Pequeña Artista, que es una niña 3 años que, además de representar a la parte más creativa del sistema, tiene la capacidad de decir lo que los demás callan, y por último, Alexxia, que con 34 años, es la «persecutora» del sistema, es decir, aquella identidad complicada, que el resto de identidades ya han sabido controlar, pero que ha castigado al resto durante un largo tiempo, llegando a provocar autolesiones en el cuerpo.
Las personalidades se alternan entre sí, a través de cambios que pueden nacer a raíz de momentos de estrés y que Lore llama switches: «Realmente no sé muy bien cómo funciona. Es como ir al frente de un camión e ir alternando de conductor en función de lo que sucede a tu alrededor. Cuando pasa, la sensación es igual a la de desmayarse y puede durar desde unos segundos hasta unas horas».
Son alternancias que surgen en momentos determinados, pero la composición del sistema no es similar a la de una cola en la que las identidades esperan su turno para aparecer. Si no que lo que Lore tiene en su interior es «una comunidad» en la que la toma de decisiones clave, como puede ser una mudanza o el comienzo de una relación, se realiza a través de «un consenso entre todas».
Lore, pese haber logrado convivir con el trastorno, sigue acudiendo a terapias conductuales, busca profesionales especializados en traumas y toma antidepresivos desde hace años. Todo para lograr «una fusión total entre las identidades para que queden en una sola y dejar atrás este trastorno».