Levantarse de cama y colocarse un par de lentillas es un hábito que realizamos más de tres millones de españoles cada día del año, pero al que no siempre damos la importancia que deberíamos. Precisamente esa monotonía puede hacer que caigamos en errores que nos pueden llegar a costar la salud ocular, y es que las infecciones oftalmológicas por un mal uso de estas lentes de contacto no han hecho más que aumentar en los últimos meses de este año.
¿Cada cuánto tiempo debo cambiar el lentillero?
Al menos cada tres meses. El estuche porta lentillas juega un papel fundamental en el cuidado de nuestra salud ocular, y es que no se le suele dar la importancia que tiene y en no pocas ocasiones se acaba convirtiendo en un estuche porta virus y bacterias que termina provocando una infección.
De poco sirve cambiar las lentillas respetando la fecha del fabricante y lavar correctamente las manos antes de manipularlas, si no cuidamos también el estuche.
¿Qué hago con el líquido al ponerme las lentillas?
Tirarlo. Cuando nos colocamos las lentillas por la mañana debemos vaciar completamente de líquido el estuche porta lentillas, ya que está lleno de todos los desechos que ha conseguido retirar de las lentes durante la noche. Una vez vaciado, dejaremos que se seque al aire y destapado antes de volver a usarlo. Es la mejor forma de evitar que proliferen virus y bacterias.
Nadar con lentillas, ¿sí o no?
No, debemos evitarlo siempre que sea posible. El agua de piscinas, ríos y mares contiene una importante cantidad de microorganismos que pueden ser dañinos para nuestros ojos. Esos virus o bacterias se adhieren con facilidad a las lentillas y pueden provocar importantes infecciones oculares.
Debemos tener en cuenta también que las lentes de contacto son como pequeñas esponjas que absorben el agua que les rodea, y si eso sucede con el agua del mar o de la piscina pueden cambiar de forma y empezar a provocarnos molestias o incluso una pequeña herida en la córnea.
Si no tenemos otra alternativa que usar lentillas para nadar, y no disponemos de gafas de natación graduadas, las lentillas diarias pueden ser la solución.
¿Puedo dormir con las lentillas puestas?
Es algo que debemos evitar siempre ya que provoca que la lentilla se seque y que la córnea no oxigene adecuadamente.
En el caso de que nos hayamos quedado dormidos con ellas puestas nunca trataremos de retirarlas nada más despertar, ya que tenemos un riesgo alto de producirnos erosiones en la córnea, con riesgo de queratitis. Primero dejaremos caer varias lágrimas artificiales sobre los ojos y pasados unos minutos podremos retirarlas sin riesgo.
¿Es peligroso alargar la vida de las lentillas?
Si una lentilla es diaria, lo es por algo. Desde luego no es buena idea ni un hábito nada recomendable tratar de prolongar la vida útil de las lentes de contacto. Los materiales que se utilizan para su fabricación pierden ciertas propiedades con el uso, y prolongar su uso puede provocar desde irritación ocular hasta una infección importante, pasando por picor o heridas en la córnea.
Del mismo modo, antes de abrirlas debemos observar la fecha de caducidad y si ha vencido no debemos utilizarlas.
¿Pasa algo por dejar las lentillas en agua?
Si nos hemos quedado sin líquido de lentillas podemos utilizar puntualmente y de forma extraordinaria lágrimas artificiales para guardarlas, pero nunca agua. Ni de grifo ni embotellada ni de ningún tipo, y mucho menos saliva.
Es importante que consigamos cuanto antes líquido de lentillas ya que tiene propiedades desinfectantes y conservantes que son esenciales para su cuidado y el de nuestros ojos.
Ojo con el maquillaje
Antes de empezar a maquillarnos nos colocaremos las lentillas, nunca al final. Y cuando llegue el momento de desmaquillarse, serán lo primero que retiraremos para evitar arrastrar productos de maquillaje al interior del ojo.
¿Son mejores las lentillas diarias o las mensuales?
La respuesta va a depender del estilo de vida y de las rutinas de cada persona, por lo que es algo que debemos hablar con nuestro óptico para que él nos aconseje.
Las lentillas diarias o de usar y tirar no requieren ningún tipo de mantenimiento ni rutina de limpieza y el riesgo de que acaben provocando infecciones es mínimo, pero su precio es más elevado.
Las mensuales sí requieren una limpieza diaria y un mayor cuidado para que no generen infecciones, pero resultan más económicas si las usamos a diario
