esta en nuestro cuerpo colección de relojes biológicos Nos permiten predecir cambios en nuestro entorno y son responsables de la organización armoniosa de diversos procesos fisiológicos. Son estos relojes los que provocan, por ejemplo, que tengamos sueño por la noche o que todo el sistema digestivo esté preparado para digerir los alimentos cuando comemos.
El reloj central ubicado en el hipotálamo y directamente unido a la retina – a través del cual recibe información sobre el ciclo de luz y oscuridad, que se comunica y sincroniza con los relojes de los tejidos periféricos, desencadenando diversas funciones.
Esa sincronización entre reloj circadiano central y los relojes periféricos son importantes para el funcionamiento de diversos tejidos y desempeñan un papel clave en el cuerpo, ya que su alteración está asociada con el envejecimiento muscular prematuro. Esto se ha demostrado en estudios realizados en ratones. Salvador Aznar BenitaInvestigador ICREA en el Instituto de Investigación de Barcelona (IRB) y Pura Muoz-SabeEl investigador de la Universidad Pompeo Fabra se incorporó recientemente a Altos Labs (San Diego, EE.UU.).
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El científico que rastrea tu descanso. «El ciclo sueño-vigilia es el ritmo circadiano más destacado de la vida».
El científico que rastrea tu descanso. «El ciclo sueño-vigilia es el ritmo circadiano más destacado de la vida».
El estudio se centró en investigar esta comunicación entre los relojes circadianos central y periférico en dos tejidos: la piel y el músculo. Y en ambos casos lo demostró. La coordinación entre relojes es esencial para mantener la funcionalidad óptima de los tejidos.. Los detalles del trabajo se publicaron simultáneamente en revistas. Ciencia y: célula madre celular.
En ratones, el equipo demostró previamente que los ratones genéticamente modificados que carecen del gen Bmal1, que participa en la comunicación entre los relojes circadianos central y periférico, mostraron: envejecimiento prematuro y aumento de la debilidad muscular.
En un nuevo experimento diseñado para restaurar la acción de Bmal1 por capricho de los investigadores, los resultados mostraron que restaurar la conexión entre los relojes permitió: ralentizar el envejecimiento muscular prematuro por ejemplo, la pérdida de masa muscular en los ratones estudiados, lo que indica que esta conexión es importante para mantener la adecuada funcionalidad del tejido.
En estudios anteriores, los científicos también han demostrado que los relojes periféricos tienen cierta autonomía, de modo que son capaces de controlar alrededor del 15% de las funciones circadianas, que son las más básicas, incluso cuando falla la comunicación con el reloj central.
«El hecho de que todo nuestro cuerpo esté completamente desconectado y que la piel siga creando una barrera, o que el hígado sepa cómo metabolizar la glucosa por sí solo sin necesidad de una conexión a un reloj central, tiene sentido evolutivo. Esto ocurre «sólo con las funciones más básicas», afirma el investigador.
«Ahora hemos visto que al resincronizar el reloj central con el reloj periférico para que los dos vayan juntos, obtenemos un 35% más de funcionestanto en los músculos como en la piel», subraya Aznar Benitah. Y estas funciones son clave para el estado del tejido. «Vimos que restaurar la comunicación hizo una diferencia muy significativa en el envejecimiento, ralentizándolo y en lugar de volverse similar». «El músculo de la persona mayor se parecía más al músculo de una persona de mediana edad», añade.
El descubrimiento, continúa el investigador, abre la puerta al desarrollo de terapias musculares antienvejecimiento.
En ese sentido, investigaron el papel que podrían desempeñar intervenciones como la restricción temporal de alimentos en experimentos preliminares con ratones. «Sabemos que ciertas intervenciones dietéticas tienen un poderoso beneficio antienvejecimiento y queríamos analizar sus efectos». Según sus datos, la restricción temporal de alimentos podría sustituir parcialmente el papel del reloj central, así como aumentar la autonomía de los relojes periféricos.
Lo ideal sería desarrollar estrategias para imitar estos mecanismos, afirma Aznar Benitah.
En cualquier caso, el investigador destaca que prevenir las alteraciones del ritmo circadiano es fundamental para mantener una buena salud y no acelerar el envejecimiento.