¿Cuántas veces nos han obligado a llevar bufanda porque “nos íbamos a resfriar”? ¿es la verdad? La respuesta no es concluyente. Lo principal es tener claro que no nos “cogemos resfriados” sino que “cogemos virus”. No hay virus, no hay resfriado. Y es que el propio frío no nos hace pasar frío si no hay insectos pululando por allí infestando nuestras células. Pero ya sabes que en todas las leyendas suele haber una pizca de verdad. En este caso, la ciencia lo ha descubierto. El frío facilita la acción de algunos virus. Y esto sucede precisamente cuando baja la temperatura en la nariz. Nuestra Napa es uno de los lugares favoritos para que vivan los virus.
¿Por qué a los virus les encanta «tocarnos las narices» tanto?
Nuestro cuerpo suele estar en torno a los 37°C pero la temperatura nasal puede descender hasta unos 33-35°C al inhalar aire frío. Varios estudios han demostrado que gripe, que es responsable del resfriado común, se multiplica más rápido en nuestras narices cuando las temperaturas son bajas. Algunos piensan que es porque a estos insectos les encanta reproducirse al aire libre… pero la verdad es que no es así. Lo que pasa es que con un resfriado nuestra nariz pierde parte de su poder defensivo y facilita que los virus hagan su trabajo.
¿Qué pasa en nuestra nariz cuando hace frío?
Primero, las células en la nariz comienzan a tener problemas para producir soldados defensivos llamados interferones. Los interferones se llaman así porque «interfieren» con la replicación del virus. Digamos que son cortadores de rollos. Por supuesto, algunas cortadoras de rollos son excelentes para los humanos porque nos protegen de los virus. Los interferones también activan otros soldados de la defensa como los famosos «asesinos naturales» o «células asesinas naturales» -con ese nombre os podéis imaginar que matan todo lo que pueden-. En resumen: cuando las fosas nasales están a unos 33°C, el interferón que corta la bobina comienza a escasear. Los virus pueden operar de manera más flexible.
Y entonces… ¿qué pasa bajo nuestras narices?
Además de hacerle la vida imposible al pobre interferón, el frío irrita algunos de los alvéolos —una especie de saco lleno de soldados— que secretan células de nuestra nariz. Estas pequeñas bolsitas se vierten sobre los «malos» como si en las películas arrojaran un caldero de agua hirviendo al enemigo. Los alvéolos están ubicados en la parte frontal de la nariz, pero cuando estos calderos de líquido se derraman, pueden ser transportados a otras áreas de las fosas nasales. Por si todo esto fuera poco, las vesículas tienen un papel «cinematográfico»: actúan como señuelos. Los virus se adhieren a estos sacos antes que las células de la nariz y, por lo tanto, no nos atacan. Recordemos: El frío también afecta la producción de vesículas Entonces la nariz se vuelve más indefensa cuando bajan las temperaturas.
¿Cuál es el efecto del frío en los sacos nasales?
En un estudio reciente se observó que por debajo de los 4°C el número de alvéolos secretados por las células nasales se reducía en aproximadamente un 42%. Se necesita más investigación sobre esta pregunta, pero estos estudios respaldan la teoría de que realmente… cuando hace frío es más fácil resfriarse.
Causas secundarias de los resfriados que pueden «resfriarse»
Lo que hemos podido comprobar durante la pandemia es que habitos sociales Las diferentes estaciones del año también pueden afectar la propagación del coronavirus. Algo similar ocurre con otros virus que provocan infecciones respiratorias. Durante la primavera y el verano pasamos más tiempo al aire libre a medida que entra el aire y los virus se «disipan», por así decirlo. En invierno, el frío nos hace retirarnos al interior, sobre todo para relacionarnos con nuestra familia y amigos. Y si algo debe quedar claro en este punto es que los espacios interiores mal ventilados favorecen las gotitas ya que los virus abundan y quedan flotando en el ambiente y se produce la infección. Nunca es demasiado tarde si la ventilación es buena: Usar medidores de CO2, ventilar adecuadamente e instalar filtros bien ajustados en lugares «críticos» son medidas que ya deberían formar parte de nuestro día a día. Por si acaso pregunté a los Reyes Magos… a ver si había suerte.