«Empecé a investigar la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) porque teníamos que aclarar esta enfermedad». Anabel Saez-Mas, de 26 años, está realizando su doctorado en Biociencias Moleculares en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y es una de las beneficiarias de más de 100 ayudas de la Fundación La Caixa para desarrollar su investigación en centros de España y Portugal. Sáez, alias @empleado En las redes sociales, donde hace un buen trabajo de difusión, siempre ha sentido cierta atracción y curiosidad por los mecanismos de la neurodegeneración. Primero, por todas las incógnitas que la enfermedad de Alzheimer le provocó a su abuela. “¿Por qué mi abuela tiene alzhéimer y mis amigos tampoco? Son preguntas que te empiezas a hacer desde pequeño, ¿por qué pasa esto? ¿Le pasará a mi madre en el futuro? Cuando empecé a usar la razón lo tenía claro. para mí que eventualmente me dedicaría a la ciencia».
Después de su abuela, otra enfermedad neurológica afectó a su familia: su padre padecía esclerosis lateral amiotrófica y falleció hace unos años. Aquí, el otro impulso hacia la ciencia. “Como hija, me crea demasiada impotencia ver una enfermedad que hoy no tiene cura. Tampoco hay nada que dé, al menos, alguna esperanza; aprovechar algo”. Aquí cabe destacar la especificidad de por qué el CNIO, buscando desentrañar los misterios del cáncer, dedica un grupo de investigadores a hacer lo propio con la ELA. «Son dos cosas diferentes, la esclerosis lateral amiotrófica y el cáncer, pero te das cuenta de que ambos tienen un impacto enorme en las personas y las familias», afirma, al tiempo que lamenta que «uno de ellos ande de puntillas».
Para este joven investigador, recibir la beca también supuso un “respiro”: “Aunque me apasiona mi trabajo, no se puede hacer casi gratis”. En este punto, Annabel Saez revela parte de su alter ego en las redes @empleado. “Con la subvención que ha recibido el proyecto, también de la Fundación La Caixa, y con lo que me han dado a mí a nivel individual, vamos a poder llegar a lo que Dios manda. Porque la pasión no se come y no se construir un proyecto personal con el futuro».
Tiene claro por qué investiga la ELA en el CNIO: “Tengo un jefe que me permite hacer esto, Óscar Fernández Capitillo, que dirige el grupo de Inestabilidad Genómica. Él vio la necesidad de que arrojáramos luz en este campo”. El subgrupo de trabajo de este centro, al que Sáez se incorporó en 2019, lleva investigando sobre ELA desde 2015. Hace dos años, en 2021, el equipo La causa de la muerte neuronal se encontró en la mayoría de los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica familiar. Recientemente, comenta Sáez, publicó otro trabajo que se centra en una descripción general de las hipótesis existentes sobre los mecanismos que impulsan la patología de la ELA. Aquí ella firma con otros compañeros de clase. Alexandra Syros y Vanessa Lafarga. «Nuestro laboratorio también ha comenzado a asociarse con un laboratorio de ALS dentro del consorcio de investigación».
La tesis en la que trabaja Sáez pretende crear modelos El Vive Optimizado para el cromosoma 9 asociado a la ELA “para luego poder desarrollar abordajes diagnósticos y terapéuticos. Porque lo primero que tenemos que lograr -como indican los puntos- es entender por qué se produce la enfermedad”. Insiste: “Cualquier parte que podamos aportar es demasiado para una patología a la que no se le da la visibilidad que merece. Es importante investigar desde un centro dedicado al cáncer, que tenga esa publicidad”.
Su otra «carrera», llena de información, nació de su reacción a las noticias falsas que se difundieron en la web durante la pandemia. “Aunque siempre estuvieron ahí”, recuerda. Su rostro educador nació para transformar la ira que padecía en algo fecundo. «Realmente comenzó como una pequeña revelación como una forma de canalizar la ira y la ira en una respuesta práctica. De ahí mi nombre». @srSiempre me enfadaba ver lo extendidas que estaban las noticias falsas», recuerda.
Para evitar estas situaciones, defiende el papel que deben jugar los científicos: “Es muy importante que dediquemos un poco de nuestro tiempo a la labor de dar forma a la sociedad, para ayudar en el último paso de llevar la ciencia a la sociedad”. Si no hacen el esfuerzo, asevera, “es fácil que la población caiga en estos engaños”.
actividad @empleado Desarrollado en Instagram y TikTok (con 30.000 seguidores). Desde aquí quiere llegar al público más joven, que se deja engañar fácilmente por las mismas redes y por eso utiliza los mismos códigos de llamada para combatir las fake news, despertar la curiosidad y acercar la ciencia a las nuevas generaciones. «Como vi que no bastaba con tomar notas en los comentarios de la noticia, decidí aclararlo yo mismo. Me di cuenta que funciona porque con el tiempo hay usuarios que me llaman preguntando si puedo desarrollar un tema más. Esto testimonia que la obra de publicar es importante.”