Nuestro cerebro está protegido por una especie de valla, un muro que impide que infecciones, toxinas y otras amenazas lleguen al sistema nervioso central. Sin embargo, esta barrera hematoencefálica también impide que muchos tratamientos de enfermedades neurológicas, como el Parkinson, lleguen al cerebro, lo que supone un escollo en la lucha contra estos trastornos.
Un equipo de investigadores españoles lo demostró, mediante la técnica de aplicación Ultrasonido de baja intensidad (LIFU), Es posible abrir temporalmente las puertas, concentrarse en esta barrera y alcanzar objetivos específicos para la enfermedad de Parkinson.
En concreto, los investigadores dirigidos por José A., del Centro Integral de Neurociencias HM CINAC del Hospital Universitario HM Puerta del Sur (Madrid), fue capaz de obtener un vector viral (AAV-associated virus) para cruzar la barrera en regiones cerebrales relacionadas con la enfermedad de Parkinson en seis macacos mediante la técnica LIFU . Los investigadores señalaron que el procedimiento demostró que esta técnica es segura, se puede realizar de forma no invasiva, es factible y genera expresión de proteínas, lo que abre la puerta a un gran potencial terapéutico.
Los vectores virales se usan comúnmente como portadores para la terapia génica, un tipo de taxi que puede llevar las instrucciones necesarias para realizar las modificaciones del ADN que deben modificarse en muchos trastornos. Sin embargo, hasta ahora, la barrera hematoencefálica era una limitación de su uso en el cerebro. La única alternativa era una inyección intracraneal, un procedimiento complejo con muchos riesgos, lo que limitó su desarrollo.
El hecho de que LIFU sea una técnica segura y no invasiva «podría facilitar la entrega focal de vectores virales para la terapia génica y podría permitir intervenciones tempranas y repetidas para tratar enfermedades neurodegenerativas», señalan los autores en el último número del estudio. Avances de la cienciadonde publican sus resultados.
«Hasta ahora, no se ha demostrado que un vector viral pueda llegar a regiones específicas y expresarse de una manera tan completamente focal. Realmente abrimos la posibilidad de acceder a regiones específicas del cerebro y proporcionar un agente que podría ser terapéutico». dice Obeso. Además de los modelos animales, su equipo demostró que la apertura de la barrera hematoencefálica es posible en tres pacientes con Parkinson. En estos casos no se realizó manejo del vector viral.
El equipo espera comenzar un ensayo clínico el próximo año.
El objetivo es poder tratar a los pacientes en estadios iniciales de la enfermedad, cuando la pérdida de neuronas dopaminérgicas característica del trastorno se produce en zonas muy localizadas. El investigador explica que la capacidad de abrir la barrera hematoencefálica de forma temporal y solo en zonas muy concretas sería clave para trabajar contra la neurodegeneración primaria. «Actuar de manera focalizada es una ventaja cuando se actúa temprano», afirma Obisu.
La tecnología que permite cruzar la barrera hematoencefálica depende de una combinación de dos factores. Emisión focalizada de ultrasonidos de baja intensidad en combinación con Inyección intravenosa de microburbujas. Cuando estas diminutas burbujas entran en contacto con el ultrasonido, en aquellas áreas específicas donde se aplica, aumentan su actividad y tamaño, ganan energía y se mueven con mayor intensidad, creando finalmente un agujero en la barrera hematoencefálica. «Él es Como si se creara un canal Permite el paso de la barrera de manera focal y temporal.” En humanos, la permeabilidad de la barrera se mantiene por un máximo de 24 o 48 horas.
a Álvaro Sánchez Ferrocoordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología (SEN), esta estrategia es «muy ilusionante e inquietante».
“El equipo responsable es un grupo reconocido internacionalmente que trabaja en la enfermedad de Parkinson, que es donde se centraron, pero la técnica podría extrapolarse a otras enfermedades neurológicas”, enfatizó el neurólogo.
“Es una prueba de concepto. Para llevarlo a la clínica se necesitarán más estudios y superar las normativas y permisos correspondientes, aún hay tiempo. Pero creo que tendrá un gran impacto en el futuro”, añade Sánchez. -Ferro.
Por su parte, Analia Bortolozzi, Científica Titular del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB-CSIC), Investigadora Principal del CIBERSAM y Jefa del Grupo de Neurofarmacología de la Clínica IDIBAPS-Fundació, indicó en declaraciones a SMC España que «a pesar de sus ventajas y potencial terapéutico, LIFU tiene su parte de desafíos. Aunque una mejor penetración de la barrera hematoencefálica es una bendición para la administración de fármacos, incluida la terapia génica, también aumenta el riesgo de sustancias no deseadas, como cuerpos extraños y agentes inflamatorios