La dieta está estrechamente relacionada con el cáncer. La dieta que comemos afecta la aparición, el crecimiento y el desarrollo del cáncer. Así, se sabe que un tercio de los cánceres más comunes se pueden prevenir, al menos en parte, mediante un cambio en la dieta. También se está explorando su utilidad como herramienta complementaria contra el cáncer, aunque aún no se tienen resultados en la clínica.
El Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), liderado por Nabil Jouder, aboga por la importancia de considerar la dieta en los tratamientos. En este sentido, el equipo acaba de publicar en Tendencias en Medicina Molecular Una revisión del uso de la dieta en el tratamiento del cáncer, con Carlos Martínez Garay como primer autor.
“Las dietas pueden atacar directamente el metabolismo del cáncer, privando a un tumor de los nutrientes que necesita, o pueden afectar otros elementos clave de la supervivencia y progresión del cáncer, como la señalización del crecimiento, el estrés oxidativo o la inmunidad del paciente”, dice Dujder.
Según los autores, una de las razones por las que estas terapias dietéticas no se aplican a los pacientes con cáncer es que Los estudios clínicos realizados hasta la fecha tienen limitaciones. Por ejemplo, muchos de estos ensayos incluyen pacientes con perfiles tumorales muy heterogéneos. También faltan normas estrictas para la aplicación de dietas como tratamiento.
¿Es beneficioso el ayuno intermitente?
El presente trabajo revisa posibles intervenciones nutricionales terapéuticas contra el cáncer, y los pasos que faltan para considerarlo como tratamiento estándar. Con esta revisión, los autores esperan contribuir al diseño de nuevos ensayos clínicos y estudios traslacionales en este campo.
El trabajo se centra en Restricción de caloríasel dieta cetogénica y el ayuno intermitentey analizar cómo afectan a la aparición y progresión de los tumores. Después de revisar estudios preclínicos y ensayos clínicos recientes y en curso de estas dietas, ofrece una nueva perspectiva sobre la lógica fisiológica detrás de ellas.
Los autores hacen una revisión en profundidad de lo que se sabe sobre el metabolismo de los nutrientes y su relación con el desarrollo y la progresión del tumor. Los datos sugieren que el crecimiento de algunos tipos de cáncer puede depender en gran medida de ciertos aminoácidos Evitar los alimentos ricos en estos aminoácidos puede limitar el crecimiento del tumor.
La obesidad, el microbioma y el cáncer
Además, varias vías relacionadas con la proliferación tumoral están asociadas con hormonas sensibles a ciertos nutrientes. Esto podría explicar la relación entre la obesidad y el cáncer, debido al aumento de la señalización de estrógenos (hormonas) producidos por el tejido adiposo (grasa).
Los investigadores también revisaron pPublicaciones que relacionan la microbiota intestinal con el cáncer. El microbioma intestinal es la colección de microbios en el intestino y es uno de los principales factores responsables de la interacción entre lo que come una persona y su salud.
“Muchos de los efectos oncogénicos atribuidos al microbioma intestinal -explica Carlos Martínez-Garray- están asociados a la inflamación del tracto gastrointestinal, y de hecho, la presencia de determinados grupos de bacterias se asocia con inflamación crónica Asociado con cánceres del tracto gastrointestinal como la vesícula biliar, las vías biliares y el cáncer de estómago.
Uno de los principales factores responsables del crecimiento tumoral, y del éxito o fracaso del tratamiento elegido para combatir cada cáncer, es la interacción entre las células cancerosas y la inmunidad del paciente, y en este caso también tiene relación con la dieta. La mayoría de nuestras células inmunitarias están en el intestino en forma de barrera de defensa Contra la ingestión de compuestos tóxicos o patógenos.
Ciertos componentes de la dieta. Puede desencadenar respuestas importantes del sistema inmunitario. -subraya Martínez Garay- y esto puede provocar un desequilibrio en nuestras defensas que nos hace más susceptibles a la formación de tumores.
Nutrición precisa para cada paciente
Los autores señalan la necesidad de desarrollar la micronutrición, un enfoque novedoso que propone el uso de dietas específicas para tratar tumores específicos en función del tumor y del metabolismo del paciente. La capacidad actual ha permitido analizar en profundidad los tumores y clasificarlos en función de su perfil molecular Un gran avance en la eficacia de los tratamientos para combatirla.
Como explica Nabil Jouder: «Esto también podría aplicarse a la nutrición si se combinan datos clínicos, ensayos de microbiomas, diagnósticos moleculares, genómica nutricional y metabolómica para desarrollar dietas específicas destinadas a tratar a pacientes con cáncer de forma individual. Estudios preclínicos y ensayos clínicos Revisamos los poderosos efectos de las intervenciones nutricionales Esto nos hace creer que A Una nueva era en el tratamiento del cáncer«.