“Ni siquiera estaba llorando, estaba nerviosa, mis ojos estaban muy abiertos, revisando todo, fue un momento muy difícil”. Así que recuerda Ester Ingresando de inmediato a prisión por un delito que lo llevó debido a su desesperada situación económica. Hoy, por fuera, agradece los consejos del psiquiatra que -como es costumbre- la visitó al día siguiente. «No te preocupes por los años restantes, preocúpate por todos los días».
Mientras las puertas se cierran tras ella, Esther -nombre que presumiblemente garantiza su anonimato- se encuentra inmersa en un mundo que tiene en España unos 56.000 presos a finales de 2022. Donde, sea cual sea la gravedad de los delitos, la tutela corresponde a la Estado central, excepto Cataluña y el País Vasco, que tiene competencia en materia penitenciaria.
Esther se define como «una persona disciplinada que sabe estar sola». Y eso, dice, lo ayudó a seguir adelante. Algunos no pueden. Según los Institutos Penitenciarios del Ministerio del Interior, en 2022 se suicidaron 33 internos en prisiones. A ellos hay que sumar 14 internos en Cataluña y uno en el País Vasco. Se estima que la tasa de suicidios entre los reclusos es unas seis veces mayor que la tasa de suicidios entre la población general.
Radiografías del suicidio en España: más muertes, mayor riesgo entre los jóvenes y mayores pero insuficientes esfuerzos en prevención
Radiografías del suicidio en España: más muertes, mayor riesgo entre los jóvenes y mayores pero insuficientes esfuerzos en prevención
Suicidio de ancianos olvidados: «La familia se está filtrando, la soledad se está extendiendo y ellos son los más vulnerables»
Suicidio de ancianos olvidados: «La familia se está filtrando, la soledad se está extendiendo y ellos son los más vulnerables»
Los expertos coinciden en que el suicidio se produce por una combinación de factores que agudizan la privación de libertad. “La prisión puede ser un detonante: a los factores de riesgo que trae una persona se le suman el encarcelamiento, la delincuencia, la culpa y el desarraigo”, explica José Joaquín Anton Basantamás de 30 años de experiencia como médico penitenciario y Presidente de la Asociación Española de Salud Correctiva.
¿Cuáles son los factores de riesgo anteriores? los revisa Juan Martínez Pérez, subdirector médico del Centro Penitenciario de Almería – El Akebuchi. «La más común es la patología dual, que es una combinación de enfermedad mental con adicción, y es difícil saber qué sucedió antes. Entre los trastornos de personalidad, la psicosis, la esquizofrenia y el trastorno bipolar tienen la prevalencia más alta».
Esther, quien ha avanzado en su reintegración con Fundación ProlibertasNo probó la droga y no buscó recurrir a ella. Hizo de su entrenamiento un factor protector. “Empecé a dar clases de alfabetización, eso es la mitad de mi vida, y la sensación de ser útil fue genial, me salvó y no tuve ni un momento libre”. Una visión aprobada por las fuentes de las instituciones penitenciarias. “El tiempo cambia, te toca a ti, tienes que encontrar espacios para abstraerte”.. De ahí la importancia de las actividades vocacionales, productivas, deportivas o terapéuticas, señalan. Pero esta opción sigue siendo minoritaria. Para muchos, incluso si se ofrecen alternativas, el encierro equivale a mazmorra y patio, aburrimiento y espera.
Al igual que en prisión, la ideación suicida en prisión no se trata solo de salud mental. Esther entra en crisis cuando la transfieren a una unidad que se considera demasiado peligrosa. «No hice nada más que llorar, estrés horrible, estaba desquiciada histérica». Sin embargo, mantuvo su control sobre la vida. «Si me quitaran la escuela, no sé si yo la hubiera tomado». Son muchas las circunstancias en las que se potencia la vigilancia sobre el estado de ánimo de los internos: la aceptación, un cambio como el que han vivido, el juicio, el juicio, la realización de un delito grave, la disociación afectiva, la muerte de un ser querido. Algunos de los condenados por delitos relacionados con los medios de comunicación se encuentran bajo una presión particular. En un ambiente que nunca imaginaron y sintiéndose rechazados por quienes los rodean.
Asociaciones y números de teléfono que brindan asistencia
– En caso de una emergencia vital inminente, llame directamente al número de teléfono de emergencia 112.
– Si tiene pensamientos suicidas 024
– Teléfono de esperanza: 717.003.717.
– Teléfono de Prevención del Suicidio (Barcelona): 900.92.55.55.
– Teléfono/chat ANAR de ayuda a niños y adolescentes 900 20 20 10
– Teléfono contra el Suicidio – Asociación La Parandela (Madrid): 385.385.911.
– Papageno 633 169129 supervivientes@papageno.es
– Absaf. Asociación para la Prevención del Suicidio. Abrazos verdes. Asturias.
– Avasib (Familias y amigos de supervivientes de suicidio en Les Elles Baleares (Islas Baleares)
–IDato. Asociación Vasca del Suicidio
– Absas: Asociación de Prevención del Suicidio y Asistencia al Superviviente. (Girona)
– APSU: Asociación para la Prevención y Atención de Afectados por Suicidio (Ciudad de Valencia)
– Assam: (Borgoche).
– pasaradaAbrazo: Navarra.
– Bezirónpaís Vasco
–palomapaís Vasco
– después de suicidarse: (Barcelona)
– Fundación Alía (Madrid)
– Fundación Meta Hospicio (Valencia)
– Goizargi: Navarra
– Grupo de sobrevivientes de León.
– Hay una salida, un suicidio y un duelo: (Cantabria)
– ubuntu (Sevilla)
– Asociación Luz en la Oscuridad (Tenerife)
–Asociación para volver a vivir (Tenerife)
«Me dieron una niña por una semana», dice Esther.. Era una «escolta», la primera medida de asistencia y control. El siguiente paso al que no has llegado es incluirlo en Programa de Prevención del Suicidio (PPS). Incluyen, entre otras medidas, la asignación de un interno de apoyo que puede estar hasta 24 horas con la persona en riesgo.
Las instituciones penitenciarias estiman en 1.577 el número actual de internos de apoyo, con el objetivo de que representen entre el 2% y el 3% de las unidades que necesitan. María Rodríguez Lago, Responsable del Programa de Intervención Penitenciaria de la Fundación Ergeti, He formado a unos 230 en las cárceles de Galicia en una década. Reciben “una preparación en las habilidades personales para desempeñar esta tarea de la manera más asertiva, empática y humana posible”. Sus 346 horas de aprendizaje se ven reflejadas en un título de asistente psicológico que mejora su situación laboral.
“Es una tarea muy difícil y de una solidaridad muy grande”, destaca Rodríguez Lago estos “ángeles de la guarda” cuyas funciones son “la atención, la preocupación, la prevención y la vigilancia”. No es fácil; También son compatibles. Y los compañeros a veces no se limpian, no comen y no son violentos. Pero incluso en su confusión, concluye, la rutina acecha. «Cuando algo cambia, suena la primera alarma. El más mínimo cambio de comportamiento, el más mínimo gesto inusual es una señal de atención. La presa de apoyo la pasará a la red formada por el médico, el psicólogo, el educador y el trabajador social. A esto se suma el seguimiento de los funcionarios, especialmente en las unidades de enfermos mentales.
Sin cumplir este papel, Esther notó cómo un compañero de clase se deslizaba por la pendiente.. “Es el look, hay mil cosas, los modales, yo le leía la cartilla hasta que sus hijas tuvieran acceso, en cuanto se las traían se paraba”. Las visitas externas y el trabajo con la familia forman parte de este programa de prevención, que se evalúa periódicamente. También incluye asesoramiento médico y atención personal. El doctor Anton Basanta analiza: “Acompañar siempre, contactar con un médico, un psicólogo y unos antidepresivos, ayuda a que sea más difícil dar el paso”. “Cuando se detecta un riesgo de suicidio, suele ser prevenible, el problema es que no siempre es detectable”.
Como presidente de la Asociación Española de Sanidad Penitenciaria (SESP), lamenta este Deterioro de la asistencia penitenciaria. Facultades conservadas por el Ministerio del Interior porque, a pesar de lo legislado hace veinte años, sólo Navarra -además de Cataluña y el País Vasco- las recibió. La última oposición en el resto de España cubrió una décima de plazas por salarios más bajos y menos salidas profesionales respecto a la sanidad civil. Fuentes correccionales reconocen que el transporte «mejoraría significativamente el trabajo» e instan a las comunidades a hacerlo eficiente.
En ese olvido, el personal médico disminuye y el servicio se resiente, aunque el Ministerio del Interior lo refuerza con servicios externos. Esther describe como un «desastre» la atención médica que recibió en prisión. Para Jorge Vilas, jefe de prisiones del CSIF, “los dispensarios se han convertido en hospitales psiquiátricos clandestinos”. Su sindicato pide más hospitales psiquiátricos en las cárceles -hay dos- y más personal y que las comunidades proporcionen acceso a los registros médicos de los reclusos. «Con dos oficiales de libertad condicional en 130/140 reclusos, eso es imposible, y a veces tenemos un incidente con un recluso mentalmente enfermo y no nos damos cuenta hasta que estalla».
El Plan Nacional Contra el Suicidio Que Nunca Llegó: “Entre la clase dominante no hubo ni conciencia ni voluntad”
El Plan Nacional Contra el Suicidio Que Nunca Llegó: “Entre la clase dominante no hubo ni conciencia ni voluntad”
Proteja su vida de los pensamientos suicidas: «Busque ayuda antes de que el dolor lo detenga, no está solo»
Proteja su vida de los pensamientos suicidas: «Busque ayuda antes de que el dolor lo detenga, no está solo»
Vilas también alude a las drogas que administra cada prisión. “Como no hay suficiente personal, los medicamentos de fin de semana se distribuyen los viernes y se está montando la comercialización”. Esta interacción entre reclusos adictos a veces lleva a autolesionarse para obtener más drogas. Episodios que complican la prevención de la ideación suicida y cuyas fuentes no disminuyen desde las instituciones penitenciarias. “El comportamiento disfuncional puede conducir inadvertidamente al suicidio”. Explicar. José Joaquín Anton Basanta reconoce que estas conductas han disminuido y reconoce los esfuerzos de la Coordinación Nacional para reducir la prescripción de medicamentos a pesar de la presión de los internos.
Él y el Dr. Martínez Pérez, subdirector médico de Almería – El Acebuche, coinciden en que a pesar de lo anterior, los medicamentos son imprescindibles. La ansiedad y la depresión, así como la adicción, deben ser tratadas., indica esto último. Su balance es más positivo. Él cree que la atención psiquiátrica adecuada es posible y está viendo mejoras en el tratamiento de la adicción. “Se reduce el consumo material y se puede reducir la devastación de los reclusos porque es importante la atención individual a la rutina”, dice.
María Rodríguez Lago, de la Fundación Airgates, afirma que es «ideal» exigir a todos los funcionarios y presos que reciban conceptos mínimos en materia de salud mental y primeros auxilios. Porque lo único que salva a una persona es ser conocido por los que nos rodean.Jorge Vilas, jefe de Prisiones del CSIF, también reclama esta formación que, dice, no llega. Para prevenir hay que invertir, las prisiones no pueden ser consideradas un gasto, la constitución dice que estamos aquí para reeducar y reintegrar.” Fin, reintegración, firmado por las instituciones penitenciarias después de su encarcelamiento, y con la recepción de la Fundación Prolibertas, Esther abre una nueva etapa. «Hay días malos, días buenos, veo esperanza».
Este informe es parte de Proyecto «Once Vidas», Promovida por EL MUNDO para prevenir el suicidio y en la que participan Rafael Álvarez, Yaiza Pereira, Rebecca Yankee y Santiago Saez.