Javier García Alegria es médico especialista en medicina interna con más de 40 años de experiencia, es presidente desde diciembre de 2022 de la Federación de Sociedades Científicas Médicas de España (FACME), organismo que agrupa a 46 entidades y representa a más de 120.000 profesionales médicos.
- ¿Cómo ve el sistema nacional de salud ahora?
- Si el sistema nacional de salud está enfermo, no hay duda de que presentará síntomas y signos alarmantes. Antes de la pandemia, ya había datos que nos mostraban que había cuestiones que debían corregirse y la pandemia acababa de exponer las deficiencias estructurales y los problemas que debían abordarse. El sistema estaba sobrecargado y las consecuencias no solo fueron inmediatas, sino que las seguimos arrastrando.
- ¿Cuáles son los problemas que deben abordarse con urgencia?
- Hemos elaborado un documento para reconstruir y transformar el sistema de salud en cuatro aspectos clave. En primer lugar, la recuperación de los pacientes tardíos es fundamental. También es fundamental para establecer un mejor manejo y seguimiento de los pacientes crónicos; aumentar la actividad proactiva, identificar factores de riesgo y mejorar los procesos de diagnóstico; y reorganizar la asignación de recursos de salud. Tenemos un 25% menos de financiación pública que otros países de la UE. Pero no solo se necesita más financiamiento, se debe reorganizar el sistema de salud que se construyó sobre la base de la atención de enfermedades urgentes, mientras que la realidad es que hoy existe una mayor prevalencia de enfermos crónicos. El sistema de salud no está adaptado a estos requisitos. Habrá que reorganizar la sanidad porque también es muy estricta y hay muchos aspectos que se pueden mejorar.
- ¿Está el sistema en peligro?
- Espero que ese no sea el caso. El Sistema Nacional de Salud ha sido un verdadero orgullo para nuestro país, un ejemplo para muchos países y un equilibrador de derechos. Hemos construido un gran sistema y ahora el desafío es cómo adaptarlo y cómo enfrentar los desafíos de los próximos años. No soy muy negativo en este aspecto. Creo que se introducirán los cambios necesarios para solucionar los problemas a los que nos enfrentamos actualmente.
- Recientemente lamentó en un discurso que la salud no está en la agenda política.
- Creo que los ciudadanos y los profesionales deben conseguir que la salud esté en las distintas agendas políticas como una prioridad. Creo que habrá una necesidad de un acuerdo nacional, un pacto nacional por la salud para definir cómo será la salud de aquí a los próximos 10 años. Son muchos los temas a tratar, además de los mencionados, aspectos importantes relacionados con la innovación tecnológica, la aplicación de los sistemas de información, la inteligencia artificial, así como las estructuras asistenciales en salud mental… Hay que llegar a un acuerdo como mínimo para Determinar qué sistema de salud queremos para los españoles durante los próximos diez o veinte años. Creo que todos queremos asegurarnos de que haya orden público, porque los sistemas públicos débiles fomentan más desigualdad. Hay que llegar a un acuerdo, estoy seguro que son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan.
- Hace unas semanas, la FACME hizo un llamado al Ministerio de Salud, junto con otras organizaciones médicas, a comprometerse más con sus propuestas. ¿No se escucha lo suficiente a los profesionales desde el departamento de salud?
- Los profesionales deberían tener una mayor representación en los órganos de decisión en salud. Los técnicos y profesionales nunca han estado más implicados en las decisiones organizativas de los centros que en la pandemia. Se nos escuchaba a diario a la hora de adaptar los centros, de predecir qué pacientes íbamos a tener, de organizar circuitos, etc. Pero eso terminó cuando pasó lo peor de la pandemia. Debemos tener un sistema con representación experta en todos los campos del conocimiento en todos los niveles. Por ejemplo, en los trámites de aprobación y financiación de nuevos medicamentos y tratamientos, que llevan tiempo en comparación con otros países europeos.
- ¿En la actualidad los estándares científicos no tienen el peso que deberían tener en la gestión de la salud en general?
- Debo tener más. El conocimiento específico de cada disciplina recae en profesionales y sociedades científicas representativas. También ayudaría a resolver otros problemas asociados con el sistema nacional de salud, como la excesiva burocracia de la administración o el hecho de que las estructuras administrativas cambian cada vez que cambia el gobierno.
- ¿Cómo ve la situación de los profesionales?
- Lo que pasó con el Departamento de Recursos Humanos, con contratos de hasta un día, en malas condiciones, la sobrecarga de trabajo ha creado mucha insatisfacción entre los profesionales, lo único que hay que hacer es leer los diarios todos los días. No se pueden atender 60 pacientes en una mañana, eso es imposible. Luego está la carga burocrática en la actividad médica que llena el tiempo de tratamiento. Ha habido mucha discusión sobre si necesitamos o no más médicos, pero lo que debemos hacer es pensar en cómo gastamos el tiempo médico y en qué tareas deberíamos usarlo. Deben mejorarse las condiciones de trabajo y deben mejorarse otros aspectos de la gestión. Los médicos tienen un compromiso inquebrantable con sus pacientes. No les gusta ir a la huelga. Las huelgas solo ocurren cuando hay una falta extrema de diálogo. Nuestro país ha salido de situaciones muy difíciles. Debemos aprovechar la oportunidad ahora para reflexionar, llegar a un acuerdo nacional y planificar la atención médica para los años venideros. Este acuerdo es posible.