Macarena Fernández, madre de un niño fallecido en 2022 y que fue donante póstuma de órganos, llamó a la donación con motivo del Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos, que se celebra el miércoles, y ha destacado la importancia de este acto solidario para ayudar al prójimo y llorar a las familias.
“La donación en el proceso de duelo ha sido muy beneficiosa y satisfactoria, nos comentan nuestros psicólogos. Esta sensación de tu hijo viviendo seis vidas diferentes, viendo a través de la retina de otro ojo o su corazón latiendo en otro cuerpo, es una sensación muy satisfactoria, Macarena explicó en la obra Renacimiento de este día realizada en el Ministerio de Salud.
Uno de los objetivos de Macarena y su marido Rafa era «Otras familias pueden aliviar ese sufrimiento». que no recibieron. «Queríamos que otras familias tuvieran la oportunidad de seguir viviendo una vida plena con sus hijos», dijo.
Macarena y Rafa perdieron a su hijo Bruno hace unos meses, cuando tenía doce años. Nació sano, pero a los cuatro años y medio le diagnosticaron una encefalitis autoinmune de causa desconocida. En este tipo de enfermedades inflamatorias del sistema nervioso central (SNC), el sistema inmunitario ataca por error a las proteínas del propio organismo.
“Lo dejaba en estado vegetativo día a día y nos embarcamos en un viaje horrible para intentar sacarlo de esta situación”, relató Macarena. Primero, estuvieron seis meses en el Hospital La Paz de Madrid. Tras «mucha investigación y tratamiento» en España y en el extranjero, Bruno dijo «basta» tras siete años de «verdadero calvario y sufrimiento». Su madre explicó: «Hizo todo lo que pudo y pudo entender todo lo que le estaba sucediendo, pero no pudo expresarlo. Estaba atrapado en su cuerpo».
En abril de 2022, Bruno fue derivado a la unidad de cuidados paliativos del Hospital Niño Jesús de Madrid, donde se constató que el deterioro de su estado ya era «muy importante». Sin embargo, «permaneció estable» hasta octubre. A esa fecha, el deterioro ya era «muy grande» y los médicos le dijeron a la familia que «ha llegado el final».
En ese momento decidieron que iban a convertir a su hijo en donante de órganos, por lo que se inició toda la coordinación de trasplantes en casos de este tipo. Macarena los recordaba “El proceso de donación tardó unas 30 horas en completarse, y el Equipo de Coordinación de Trasplantes no informó en ningún momento”. Y estar con los padres. “Tienen humanidad y empatía, y creas un vínculo que, hasta el día de hoy, es como si fueran parte de mi familia”, aplaudió.
También valoró el acto de donación total a sus padres en el momento de su despedida: «Dejaron que Bruno se abrazara en todo momento, yo, su papá y su hermana. Todo era un sentimiento de paz y tenía miedo de despedirme, lo cual es lo que pasa en el quirófano, pero se convirtió en uno de los momentos más tranquilos para decir.” “Adiós a mi hijo que pude encontrar. Pudimos despedirnos de Bruno de una manera muy tierna, con compasión y humanidad que No tengo palabras para».
Detrás de los números, hay historias.
Tras conocer esta historia, la directora de la Organización Nacional de la Agricultura (ONT), Beatriz Domínguez Gil, reivindicó la necesidad de ir más allá de los números en ese lugar. España como líder mundial en implantesy administrar aproximadamente seis donaciones y 14 trasplantes por día.
“Muchas veces hablamos de números y números, pero detrás de ellos hay historias de pacientes que tienen una segunda oportunidad, de profesionales que se dedican a este campo de la medicina, y sobre todo, hay historias de donantes y familiares que en momentos tan difíciles , son capaces de reflexionar sobre el bien que pueden hacer”, comentó.
El responsable de la Oficina Nacional de Túnez también detalló los resultados intermedios de un estudio realizado por la Universidad Pública de Navarra, la Universidad Autónoma de Madrid y el Ministerio de Sanidad para evaluar el impacto de la donación póstuma de órganos en las familias donantes.
Según sus hallazgos, las familias «La mayoría expresa claramente que la donación tuvo efectos positivos en el desarrollo de su duelo”.. Además, “se refieren al pensamiento de sus familiares fallecidos con gran ternura, recuerdo agradecido y reconocimiento del valor de la donación realizada”. Además, «se sienten orgullosos de la donación o imaginan al difunto ‘viviendo en otros’ de alguna manera real o metafórica».
Este proyecto de investigación también analiza los argumentos que han llevado a las familias a dar su consentimiento para la donación de órganos. Entre los más frecuentes se encuentran el «alivio personal y familiar de una donación que proporcionó cantidad y calidad de vida a otra persona», «un agradecido respeto por la voluntad positiva expresada por el difunto a la vida» y «el beneficio de los órganos a los pacientes”, que adquiere mayor significación cuando se encarna o imagina en las niñas o “el apoyo en el clima favorable a la donación que existe en el propio medio social o en general en la sociedad española”.