Hace cinco años convirtió su tesis doctoral en un libro, El Sistema Español de Salud. Desde sus orígenes hasta nuestros días (el campo de los libros). Juan Abarca, presidente de la Fundación IDIS (Instituto para el Desarrollo y la Integración Sanitaria), reconoce que a pesar del recorrido por la evolución de nuestra salud a través de sus páginas, “lo ocurrido en los últimos años ha hecho colapsar el sistema”.
- Hace cuatro años, declaré obsoleto el 70% de los artículos de la Ley de Salud Pública. ¿Seguimos siendo los mismos?
- Sí, como lo menciona el experto en derecho de la salud, Ricardo Di Lorenzo, rondará el 74%. Lo que refleja que estamos ante una ley obsoleta. Nuestro sistema de salud se caracteriza negativamente por no adaptarse a Envejecimiento y multiplicidad.
- En este sentido, la Ley Daria (Ley de Igualdad, Universalidad y Coherencia en el Sistema Nacional de Salud) vino a enmendar este problema, ¿no?
- No, de hecho, habría violado uno de los artículos aprobados por la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social tras el Covid-19, reconocido como base del acuerdo estatal. Precisamente, el 2.1, porque la administración pública directa, que iba a impulsar, ahonda más precisamente en el modelo jurídico. El citado artículo establece que el SNS debe aplicar los valores y principios de buen gobierno a los sistemas públicos de salud, que incluyen, entre otros, la transparencia, la rendición de cuentas, la participación democrática, la integridad y la eficiencia; Eficiencia, calidad y sensibilidad a las necesidades, demandas y expectativas de los ciudadanos. La supresión de la cooperación público-privada es violar todo esto.
- ¿Por qué señala la plataforma framework como un obstáculo para realizar mejoras en el sistema?
- Mientras no se cambie o elimine, es absolutamente imposible introducir medidas de eficiencia. El sistema fue construido para dar cabida a aproximadamente 700.000 personas, y es uno de los más grandes de este país. No quieren romper el statu quo mismo; No importa. Pero no a unos partidos, no a otros.
- Entonces, ¿cómo medimos lo que necesita el sistema? ¿Cómo sabemos dónde está la ineficiencia?
- No se puede hacer. Los resultados de recursos humanos ni siquiera se pueden auditar. Los registros profesionales médicos no están completos, falta el 60%. Y luego se habla de escasez de médicos sin embargo Ni siquiera sabemos cuánto tenemos. Y ya no es una cuestión de número, sino que no quieren trabajar en el nivel de atención primaria, en la atención primaria y las plazas del MIR ni siquiera se llenan.
- ¿Cómo se resuelve esto?
- Da igual si subes a los médicos 100, 200 o 300 euros al mes. No querrán trabajar en atención primaria, porque irán al primer lugar que encuentren que pague lo mismo. Porque se trata de una extensión. las condiciones de trabajo.
- Como hubo problemas de acceso a la salud pública, los seguros de salud disminuyeron y los asegurados crecieron. Al final, también hay mucha gente en el sector privado. ¿Él se reconcilia?
- La gente hoy compra seguros, algunos con más beneficios que otros, pero la mayoría de las veces las personas los contratan simplemente porque no pueden acceder a un servicio médico. En última instancia, el hacinamiento rompe el equilibrio, porque el sistema de salud privado no reemplaza el acceso al sistema de salud público. Tenemos que aceptar el sistema que tenemos y si nos movemos para un lado o para el otro, que es lo que pasa, llegará la degradación total.
- Entonces, ¿cómo deberían coexistir los dos sistemas?
- Sin el sector privado, la atención médica colapsaría porque no tiene la capacidad ni los recursos para hacerse cargo de la atención que brindamos actualmente. [un30% del total]. No se trata de sanidad pública versus sanidad privada. Estamos hablando de salud pública gestionada directamente o no. Porque lo que defienden los que teóricamente defienden la salud pública es el modelo directo de administración pública y la evidencia es que también rechazan fórmulas de gestión privada de la salud pública a través de instituciones independientes como sindicatos, corporaciones o corporaciones públicas. No es sostenible. Si desea 100% de salud general, debe hacer esto Buena planificación durante 30 años.
- ¿porque?
- Los costos están aumentando. en eso Informe de abril de Martorell Desde 1991 ya se ha juntado todo lo ocurrido hasta ahora y la necesidad de medidas: envejecimiento poblacional, cronicidad, incorporación de innovación, terapias farmacológicas de última generación…
- En otras palabras, esto se sabe desde hace mucho tiempo.
- Claro. Y no se hizo nada. es muy tarde. Tienes que cambiar todo el sistema.
- ¿Qué soluciones pondrás sobre la mesa?
- Además de una reforma profunda del sistema a partir de una ley de salud pública renovada, será necesario imponer copagos con ajuste del nivel de ingresos. Evidentemente, el que no pueda, pues que no pague. Pero quien esté, en un momento dado, haciendo uso de los recursos de la sanidad pública, creo que va a ser necesario malo, porque la demanda es ilimitada y los recursos no lo son. No en urgencias, sino en atención programada, porque ¿por qué no?
- Ya hay gente pagando por un seguro de salud.
- Es que no hay dinero para cubrir todas las prestaciones. Al final, las personas tienen que pagar cada vez más dinero de su bolsillo, ya sea a través del pago de un seguro o directamente de su bolsillo. Porque hay innovaciones que no están cubiertas por la administración pública ni por las aseguradoras.
- Por ejemplo, ¿cuáles?
- En el campo de los tratamientos avanzados, existe un retraso en la llegada de medicamentos a nuestro país. Muchos de ellos llegan a través de mecanismos especiales. [el Real Decreto 1015/2009 que regula el acceso a medicamentos en situaciones especiales como los no autorizados en España, pero comercializados en otros países] lo cual no depende del juicio clínico, sino de la decisión del administrador. Esto es fraude y una violación del derecho del paciente. Esto se debe a que la Ley de Salvaguardias también falla.
- Ante esta panorámica, ¿cómo debe ser una buena gestión del SRS?
- Tenemos un gran modelo de salud, pero el sistema ahora va en la dirección opuesta. Ahora más que nunca es necesario concluir un Pacto de Estado ambicioso y de largo plazo. Es una cuestión estratégica y una necesidad inminente.