Esa mañana no fue como todas las demás. La ausencia de Reid en clase no tardó en tornarse en un escalofrío generalizado. El rumor de que al chico de 18 años le habían vendido droga mezclada con fentanilo circuló como la pólvora por las aulas del colegio. Unas horas después, el director del instituto en Duarte, al noroeste de Los Ángeles, confirmó que el adolescente no pudo sobreponerse a los efectos del opiáceo. Murió víctima de una sobredosis accidental, una más en lo va de año en Estados Unidos. Todo apunta a que volverán a ser más de 100.000 los muertos en 2023 por la epidemia de droga que está golpeando a la primera potencia mundial.
Parte de las esperanzas de alterar la curva ascendente de la crisis están depositadas en la naloxona que desde hace unos días está disponible en farmacias de todo el país sin necesidad de receta. La luz verde de la FDA en marzo al fármaco Narcan, un espray nasal para revertir los efectos de las sobredosis, podría salvar miles de vidas, de acuerdo a los expertos.
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Solo en Los Angeles se evitaron 8.277 fallecimientos en 2022, según datos de Los Angeles Community Health Project, y 4.274 en el transcurso de 2023, incluyendo dos durante un evento de concienciación sobre el problema de las sobredosis de opiáceos en MacArthur Park, un parque sinónimo de drogas y homeless en el centro de la ciudad.
El medicamento ya está disponible en las grandes cadenas de farmacias como Walgreens, CVS y Rite Aid, tanto en los locales físicos como a través de internet, un remedio de emergencia que las autoridades quieren que se democratice. En el condado de Santa Clara, al norte de California, se aprobó el martes una medida para distribuir Narcan por salas de conciertos, bares, restaurantes y por correo. «Queremos saturar el condado con servicios que salvan vidas e información valiosa que subraye los peligros del fentanilo. Debe haber un fácil acceso a Narcan», dijo la supervisora Cindy Chávez en un comunicado.
Chávez es una de las pioneras en la lucha contra esta epidemia. La demócrata puso en marcha el Grupo de Trabajo del Fentanilo a principios de 2022 tras la muerte de una niña por una pastilla de Percocet (un analgésico con oxicodona) adulterada. Después de hacer llegar el spray nasal a todos los colegios del condado hace unos meses, quieren que la distribución sea masiva.
Son conscientes de que es una situación aterradora que no entiende de clases. «El fentanilo es un asesino que no discrimina, sin importar la raza, el color o la clase social», explica a Papel Beth Willon, jefa de prensa de Chávez. «Ataca por igual en barrios ricos que en pobres, en campamentos de sin techo, en colegios, en autobuses». Solo en lo que va de año ya han fallecido 105 menores en el condado, entre ellos un bebé de tres meses, un caso que aún está siendo investigado.
La magnitud de la crisis ya se ha dejado sentir a nivel legislativo. Solo en 2023 se han promulgado ya más de un centenar de leyes de costa a costa para crear más conciencia sobre el problema, dotar de recursos a los centros educativos y aumentar el castigo a los traficantes de drogas en las calles. Detrás de cada dictamen suele haber un padre o una madre que han tenido que pasar por el trauma de perder a un hijo por una sobredosis accidental de opiáceos.
La ley de Tucker en Texas ayudará a promulgar educación sobre la crisis entre alumnos de 11 a 18 años a nivel estatal, una iniciativa puesta en marcha por Stefanie Turner, que perdió a su hijo de 19 años, Tucker. Un compañero le regaló una pastilla clandestina de Percocet que había comprado a través de las redes sociales y le mató.
En California, el senador Dave Cortese está detrás de la ley de Melanie, la joven hispana que falleció el año pasado en un instituto de Hollywood por una sobredosis. «Lo que todos sabemos es que el grupo demográfico en edad escolar es el más afectado por esta crisis», señaló.
A nivel federal, el Congreso aprobó una legislación para luchar con esta epidemia en 2018. Sin embargo, los números han seguido creciendo de forma vertiginosa. Las sobredosis han aumentado un 64% en estos cinco años, con más de 100.000 muertos en 2021 y 2022. Al menos 1.800 adolescentes perdieron la vida en entre julio de 2019 y diciembre de 2021, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés), unas cifras que ahora parecen imparables.
Un parche contra la gran crisis
La naloxona es, de momento, la solución inmediata. Tanto Doug Lamborn, un congresista republicano, como Joe Neguse, ambos representantes por Colorado, están detrás de una propuesta de ley que destinaría 146 millones de dólares para hacer llegar el fármaco en colegios de todo el país.
«Uno de los estudios que vimos nos indica que Narcan se administró en solo un 30% de los casos de muertes por sobredosis«, indicó Lamborn, lo que deja la puerta abierta a prevenir futuras tragedias. Afirman además que es muy fácil de usar para cualquiera sin formación médica. Desde el CDC explican que la naloxona «revierte rápidamente una sobredosis al bloquear los efectos de los opioides» y que «puede restablecer en 2 a 3 minutos la respiración normal de una persona cuya respiración disminuyó, o hasta se detuvo, como resultado de una sobredosis de opioides. Se podría requerir más de una dosis de naloxona en el caso de opioides más fuertes como el fentanilo».
Para David Herzberg, profesor de Historia la Universidad de Nueva York en Buffalo y experto en abuso de fármacos en EEUU, «la llegada de Narcan ayudará a paliar una parte del problema pero no va llegar al fondo de la cuestión, de la raíz», que según él es el «capitalismo no regulado» que ha provocado que se estén adulterando las drogas en la calle de tal manera. «Es la peor crisis para los consumidores de drogas de la historia de EEUU, sin duda alguna», indica a EL MUNDO sin titubeos.
A Herzberg le sorprende el enfoque «pragmático» que se le está dando a esta epidemia «en un país donde normalmente somos más bien moralistas». Nadie, en realidad, tiene muy claro cual es mejor manera de atajar un problema que empieza a tener proporciones bíblicas. Ahí queda la última estadística del CDC: más de 150 personas mueren cada día por sobredosis de opiáceos como el fentanilo en EEUU. En California, una de cada cinco muertes de adolescentes es por droga. Chicos como Reid, que iba a entrar en la universidad en septiembre y ahora es parte de la estadística.