La inflación por las nubes de los últimos meses ha convertido a Estados Unidos en un polvorín sindical. A la huelga de guionistas -resuelta la semana pasada- y actores en Hollywood, se ha sumado la de los trabajadores del sector automotriz en Detroit y la luz verde de una buena parte de la plantilla que opera en los casinos en Las Vegas, unas 50.000 personas, para unirse a los parones. En ciernes, la paralización parcial de decenas de hospitales y centros médicos durante tres díassi no se alcanza un acuerdo para un nuevo convenio con una de las mayores corporaciones médicas del país, Kaiser Permanente.
Si termina fraguando, la huelga sería la más importante en la historia del sector sanitario en EEUU. Unos 75.000 miembros del sindicato SEIU-UHW, entre enfermeros y enfermeras, técnicos de rayos X, farmacéuticos y personal de limpieza, están preparados para quedarse en casa a partir del miércoles, afectando el normal funcionamiento de centros médicos en California, Colorado, Oregón, Washington y Virginia, además de Washington DC entre el 4 y el 6 de octubre.
Los líderes sindicales se enfrentan a un coloso de la industria. Kaiser es la mayor organización médica del país, con 39 hospitales y 700 oficinas médicas en ocho Estados y el Distrito de Columbia. En total, 300.000 personas trabajan para Kaiser, un servicio médico privado que cuesta de media unos 480 dólares al mes para un adulto de 40 años y que puede suponer 1.500 dólares mensuales para una familia de cuatro. Actualmente, el grupo cuenta con 12,7 millones de miembros afiliados.
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Sobre la mesa, la petición de un aumento considerable de salarios, blindaje frente a la contratación de autónomos y una revisión de los beneficios médicos del personal jubilado, entre otras reivindicaciones. «Los trabajadores están bajo presión en este momento», indicó Renee Saldana, portavoz de SEIU-UHW. «Pasaron por la peor crisis de salud mundial en una generación y tras superarla se tiene que preocupar por pagar el alquiler, por no perder su casa, por tener que vivir en sus automóviles».
Se enfrentan además a la falta de personal que está alargando los turnos y volviendo impredecible cada jornada. «Los trabajadores no pueden dormir por la noche pensando en lo que les espera al día siguiente debido a la escasez de personal», compartía a CNN una empleada de Kaiser en un hospital de Downey, al sureste de Los Ángeles.
El enfrentamiento entre las partes ha desembocado en una situación inédita. De producirse sería la primera huelga contra Kaiser a nivel nacional. «Esto nunca antes había sucedido en los 25 años de nuestra asociación», aseguran desde el sindicato en un comunicado. «Debido a que Kaiser Permanente está participando en negociaciones de mala fe, nuestro equipo de negociación ha solicitado una votación de todos los miembros para iniciar una huelga por prácticas laborales injustas».
Aseguran que el dinero está ahí, que Kaiser obtuvo 3.000 millones de dólares de beneficios en los primeros seis meses del año y que pueden hacer frente a aumentos salariales. La única forma de acabar con el deterioro de la atención al paciente por la falta de personal, dicen, es invertir en su plantilla de trabajadores. SEIU-UHW es parte de un colectivo de ocho sindicatos dispuestos a ir a la huelga. Representan un 40% del total de la fuerza laboral de Kaiser.
Los trabajadores no pueden dormir por la noche pensando en lo que les espera al día siguiente debido a la escasez de personal
Desde la corporación aún confían en poder evitar la huelga. «Si bien estos planes de huelga son decepcionantes, seguimos comprometidos a llegar a un acuerdo que sea bueno para nuestros empleados, nuestros miembros y nuestra organización, y continuaremos negociando de buena fe», dijo Kaiser en un comunicado.
El principal caballo de batalla en la negociación es la actual escasez de personal tras la estampida que propició la pandemia. «Todos los proveedores de atención médica del país han enfrentado escasez de personal y luchan contra el agotamiento. Durante la Gran Dimisión de 2021-22, más de cinco millones de personas abandonaron sus trabajos de atención médica en todo el país. Hasta dos tercios del personal de atención médica dicen que están agotados y más de uno de cada cinco renuncia», dijo la compañía en un comunicado. «Kaiser Permanente no es inmune a estos desafíos».
Todo ello en el marco de uno de los sistemas médicos más caros y complejos del mundo, causante de la mayor cantidad de bancarrotas personales a nivel nacional, un 62%, de acuerdo a un estudio reciente. Unos 23 millones de personas tienen deudas médicas considerables en la primera potencia mundial, y aunque los hospitales públicos no pueden, por ley, rechazar a ningún paciente, en EEUU no existe lo que en Europa es un derecho básico: la atención médica gratuita. O pagas a través de un seguro médico como el de Kaiser o abonas la factura de tu propio bolsillo. En muchos casos, el balance es sencillamente inabordable.