Este verano ha sido el tercero con mayor mortalidad atribuible al calor excesivo, con 2.155 fallecimientos, después de la ola de calor de 2003 y el verano de 2022, que acumuló 3.012 muertes. Esta es una de las conclusiones que se desprenden de una nueva herramienta digital, una aplicación web aún en fase de desarrollo, creada por científicos del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea-CSIC) de Barcelona, la Universidad de Valencia y la Fundación para la Investigación del Clima.
La aplicación web llamada Mortalidad Atribuible por Calor en España (MACE) se basa en datos del sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MOMO) del Instituto de Salud Carlos III y de las temperaturas registradas por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para poder calcular la mortalidad atribuible al calor moderado, el calor extremo y el calor excesivo en el periodo del año que va de junio a agosto.
Se actualiza diariamente pero, al igual que los datos del MOMO y de Aemet, va con dos días de retraso. Sus autores están trabajando para que, además de los datos nacionales, la herramienta aporte información acerca de diferencias por provincias y grupos de población vulnerables (edad y género). También se proponen ampliar la recogida de datos desde mayo hasta octubre para la próxima versión de la aplicación, prevista para 2024.
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Desde enero, el MoMo ha contabilizado 329.462 fallecimientos, 6.834 atribuibles a la temperatura, según el último informe publicado. Así, Galicia con 1.704 es la comunidad más afectada, seguida de Andalucía con 1.276 y Castilla y León con 683.
El INE tarda en depurar causas
Aurelio Tobías, investigador del Idaea y autor del trabajo, explica a este diario que la Aemet y el Ministerio de Sanidad dan aviso de la llegada de una ola de calor pero no informan de cuál es el impacto potencial sobre la salud y tampoco del de los días aislados de calor extremo. A su juicio, el MOMO es un sistema «muy bueno para monitorizar la mortalidad diaria por todas las causas, que es algo que supone un esfuerzo muy grande», pero en lo que respecta a la mortalidad por calor podría mejorarse «desde la epidemiología ambiental». Recuerda, además, que pasan cerca de dos años hasta que el Instituto Nacional de Estadística (INE) «depura las causas de mortalidad y los grupos de edad», por lo que en tiempo real lo que se sabe es la tendencia.
También aclara que, por ahora, MACE, al ofrecer una imagen nacional de lo que sucede y no discriminar por zonas geográficas es posible que esté ofreciendo una mortalidad sobreestimada. Es decir, una ola de calor causante de un exceso de mortalidad no afecta al mismo tiempo y por igual a todo el país, en contra de lo que refleja la aplicación.
Tobías también indica que se suele relacionar exceso de mortalidad por calor, algo que se da más en personas mayores y con patologías cardiovasculares y respiratorias, con las muertes por golpes de calor, que serían muchísimas menos: 285 casos registrados en España entre 1990 y 2016, según un artículo que ha publicado este mes en Epidemiology .
La nueva aplicación, según el investigador, ha sido bien recibida entre los científicos de su ámbito, que la consideran necesaria en un contexto de cambio climático y aumento progresivo de las temperaturas y también muy útil por la posibilidad que ofrece de poder tener en cuenta la evolución histórica.
¿Cómo se calcula la mortalidad en la nueva app?
En la aplicación, la mortalidad atribuible por calor moderado «se calcula como la suma de las contribuciones de los días del verano de 2023 con temperaturas entre la temperatura de mínima mortalidad como referencia contrafactual y el percentil 95 de la distribución de la temperatura entre junio y septiembre durante los últimos diez años».
La mortalidad atribuible por calor extremo, «como la suma de las contribuciones de los días por encima del percentil 95». Y la mortalidad atribuible por calor excesivo, que se considera como una parte del calor extremo, «como la suma de las contribuciones de los días por encima del percentil 95 como referencia contrafactual».
La definición del umbral de calor extremo como el percentil 95 de la distribución de la temperatura entre junio y septiembre durante los últimos diez años se basa «en la similitud con la definición de los umbrales de referencia de impacto en salud por altas temperaturas del Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas del Ministerio de Sanidad».