Desde que se puso de moda tomar agua (templada) con limón en ayunas para depurar nuestro organismo no se había vuelto a ver nada igual. No hay nada como un buen remedio casero que echarse a la boca y desde hace un par de años le ha llegado el turno al vinagre. Y es que el ácido acético ha subido de categoría.
Ya no solo es el remedio natural estrella para matar piojos (spoiler: sirve para que deslicen mejor por el pelo pero el vinagre los mata) sino que ahora se ha convertido en el mejor amigo para reducir los niveles de azúcar en sangre.
Y es que las modas nutricionales también evolucionan. Si hace unos años lo petaban los remedios «antigrasa», ahora es el turno de los remedios «antiazúcar». En las redes sociales es tendencia enchufarse un chupito de vinagre de manzana antes de comer para reducir el pico de azúcar en sangre. Antes de empezar, y esto vale para cualquier ámbito, desconfía de cualquier remedio demasiado sencillo que prometa grandes bondades.
¿Qué consigue el vinagre de manzana?
Su mecanismo de acción aún se encuentra en estudio pero sabemos que puede bloquear, aunque solo en parte, la acción de la enzima que descompone en azúcares simples los hidratos de carbono complejos (los que están en la pasta, arroz, patata, pan…).
Es decir, bloquea la tijera que separa a los azúcares que están de la manita formando cadenas de almidón. Si se bloquea parcialmente esta enzima, conseguimos que el almidón se convierta en glucosa más despacio. Y si el azúcar aparece más despacio, también se absorberá de manera más lenta.
Además, el vinagre de manzana puede ralentizar el vaciado gástrico. Esto quiere decir que la comida llega más tarde al intestino. Si esto ocurre y se alarga el proceso de digestión, el azúcar también se absorberá más lentamente.
¿Qué no consigue el vinagre de manzana?
No evita el pico alto de glucemia cuando se consumen azúcares simples como los dulces o los refrescos. El «truco» solo funciona cuando las comidas contienen hidratos de carbono complejos. Y en cualquier caso, como el bloqueo de la enzima es parcial, la reducción de la curva siempre será moderada.
Aunque se han realizado numerosos estudios sobre el efecto del vinagre de manzana en la glucemia, la mayoría son estudios pequeños, con una muestra reducida, y no se pueden extraer conclusiones categóricas.
¿Debe usarlo cualquier persona para beneficiarse de esa posible reducción de azúcar en sangre?
El ser-humano-cotidiano, sin problemas metabólicos, dado que no tiene problemas para digerir los hidratos de carbono complejos, se puede ahorrar el chupito de vinagre y vivir feliz. Esa reducción moderada de la curva de glucosa no será significativa para él.
¿Deben usarlo las persona con diabetes?
En personas con diabetes que deben vigilar la curva de glucosa, este tipo de trucos, aun pudiendo tener un efecto moderado, no son la clave en control de la glucemia. De hecho, pueden desviar el foco de las herramientas que realmente son necesarias para evitar los picos de azúcar en sangre.
Si una persona con diabetes quiere experimentar, siempre de forma controlada, los beneficios del vinagre de manzana sobre su glucemia, adelante. A diferencia de otros remedios de la abuela, a priori un chupito de vinagre no supone un riesgo para la salud (sus efectos adversos están relacionados principalmente con la erosión del esmalte dental y la acidez) y a cambio podría suponer un plus en el control de la glucosa. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que el vinagre de manzana nunca será suficiente por sí mismo para mantener la glucemia en rango.
La clave para controlar la glucemia no está en tomar chupitos de vinagre sino en consumir alimentos ricos en fibra, aumentar las proteínas, evitar o limitar los alimentos con azúcares simples y practicar ejercicio físico. Milagros, los justos
¿Es mejor el vinagre de manzana sin filtrar?
El vinagre de manzana orgánico sin filtrar tiene un aspecto «turbio», con «cosas flotando». Esto es porque contiene la «madre» del vinagre, que es un conjunto de proteínas, enzimas y «bacterias buenas» que trabajan en la fermentación del producto.
Algunas personas creen que la «madre» es la responsable de la mayoría de los beneficios para la salud, y que esas «bacterias buenas» consiguen un efecto probiótico reseñable. Sin embargo, por ahora no hay estudios que avalen estas afirmaciones.
Si alguien quiere mimar a su microbiota, es más interesante que, en lugar de inflarse a chupitos de vinagre sin filtrar, le dé bien de comer a sus bacterias buenas con alimentos ricos en fibra y que adicionalmente consuma otros alimentos fermentados, con bacterias que puedan llegar vivas al intestino, como yogures o kéfir.