Con el estreno de nuevo año uno de los propósitos que más se intenta es dejar de fumar. Pero a veces no se da con la tecla que ayude a abandonar el hábito y el miedo a sustituirlo por otro hace que se ceje en el empeño.
Pues bien, la última publicación de la revista científica Addiction ha descubierto que la citisina, una ayuda genérica y de bajo coste para dejar de fumar que se ha utilizado en Europa del este desde la década de 1960, aumenta las posibilidades de dejar de fumar con éxito más del doble en comparación con el placebo y puede ser más eficaz que la terapia de reemplazo de nicotina.
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Por otro lado, se ha descubierto una forma de evitar el miedo a ganar peso cuando se deja el tabaco a un lado. El fármaco para la diabetes dulaglutida (comercializado como Trulicity) puede reducir significativamente el riesgo de que una mujer sufra un aumento sustancial de peso después de haber dejado de fumar, según un análisis secundario de los datos de un ensayo clínico publicado en BMJ Nutrition Prevention & Health.
¿Cómo un antidiabético esquiva los kilos del abandono del tabaco?
Para muchos ganar peso es un miedo al dejar de fumar. El trabajo publicado en BMJ Nutrition Prevention & Health señala que este grupo de población tiene cinco veces más probabilidades que los hombres de ganar mucho peso después de abandonar el hábito tabáquico.
Las mujeres parecen tener tasas de recaída en el tabaquismo más altas que los hombres. Una de las posibles explicaciones es que ellas pueden estar más preocupadas por el riesgo de un aumento importante de peso después de dejar de fumar. Se trata de una sugerencia porque, en realidad, no hay evidencia sólida de esto, señalan los investigadores.
Los resultados de un ensayo clínico publicado anteriormente mostraron que, en comparación con un tratamiento ficticio, el fármaco para la diabetes dulaglutida redujo significativamente el aumento de peso en quienes habían dejado de fumar. Pero, «no está claro si esta pérdida de peso es específica del género», afirman los investigadores del Departamento de Endocrinología, Diabetología y Metabolismo del Hospital Universitario de Basilea y del Departamento de Investigación Clínica de la Universidad de Basilea, ambos en Suiza.
Para corroborar las observaciones, volvieron a analizar los datos de este ensayo para comprobar si había diferencias de género en la pérdida o ganancia de peso en las 12 semanas posteriores a dejar de fumar.
El ensayo incluyó a 255 adultos, 155 de los cuales eran mujeres. La edad promedio osciló entre 42 y 44 años y el número de cigarrillos fumados diariamente fue de 20 en promedio durante un período de entre 19 y 22 años.
Los participantes del ensayo fueron asignados aleatoriamente para recibir inyecciones semanales de 1,5 mg/0,5 ml de dulaglutida o 0,5 ml de tratamiento ficticio, además del fármaco para dejar de fumar vareniclina 2 mg/día y asesoramiento conductual durante un período de 12 semanas.
IMITADORA DE LA HORMONA GLP-1
Dulaglutida imita los efectos de la hormona GLP-1 que se produce naturalmente en el intestino en respuesta a los alimentos, ayudando a regular la cantidad de glucosa en la sangre y el aumento de peso.
Al inicio de la prueba, el peso promedio era de poco más de 72 kilos entre las mujeres (un IMC de 26) y poco más de 92,5 kilos entre los hombres (un IMC 29).
Después de 12 semanas, dulaglutida había reducido el riesgo de aumento de peso en ambos sexos en comparación con el tratamiento simulado.
Las mujeres que tomaban dulaglutida perdieron entre 1 y 2 kilos, en comparación con un aumento de peso de entre 2 y 2,5 kilos para las mujeres del grupo de tratamiento ficticio. Los hombres que tomaron dulaglutida perdieron poco más de medio kilo en comparación con el aumento de peso de alrededor de 2 kilos entre los del grupo de tratamiento ficticio.
Aunque el cambio de peso, en general, no difirió entre los sexos, las mujeres tenían más probabilidades de aumentar mucho de peso. La dulaglutida se asoció con un riesgo significativamente menor de aumento sustancial de peso, definido como un aumento de más del 6% entre las mujeres.
El aumento sustancial de peso fue casi cinco veces más común en las mujeres que en los hombres en el grupo de tratamiento ficticio: 24 % frente a 5 %.
De manera similar, el aumento de peso sustancial en las mujeres que tomaban dulaglutida fue significativamente menos común que entre las que tomaban el tratamiento ficticio: 1% (1 de 83) frente a 24% (17 de 72). No se observaron tales efectos entre los hombres: 0% (0/44) frente a 5% (3/56).
Según los investigadores, sorprendentemente, los efectos positivos de la dulaglutida sobre el peso no tuvieron impacto en las tasas de abandono a corto plazo ni en hombres ni en mujeres, que fueron relativamente altas en ambos: 98 (un 63%) en mujeres y 65 (un 65%) en hombres.
En el trabajo también se pone de manifiesto que el riesgo de ganar peso después de dejar de fumar puede cambiar con el tiempo o depender de otros factores, como el grado de dependencia de la nicotina o la edad.
«Los datos sugieren que un tratamiento complementario con dulaglutida podría ser particularmente útil para pacientes que enfrentan un alto riesgo de aumento sustancial de peso después de dejar de fumar, como las mujeres». Además, otro grupo diana podrían ser las personas de ambos sexos que fracasaron en varios intentos de dejar de fumar debido al aumento de peso».
Nuevo compuesto para dejarlo: la citisina
El trabajo de Addiction apunta que la citisina tiene un perfil de seguridad benigno, sin evidencia de problemas de seguridad graves. Suena perfecto para tu propósito de Año Nuevo, ¿no? Pero hay un problema: la citisina no está autorizada ni comercializada en la mayoría de los países fuera de Europa central y oriental, lo que la hace no disponible en la mayor parte del mundo, incluidos muchos países de ingresos bajos y medianos donde podría marcar una gran diferencia para la salud global.
La citisina es un compuesto de origen vegetal que alivia los síntomas de abstinencia de fumar. Se sintetizó por primera vez en Bulgaria en 1964 como Tabex y posteriormente se extendió a otros países de Europa del este y Asia, donde todavía se comercializa. En 2017, la empresa farmacéutica polaca Aflofarm comenzó a venderlo como Desmoxan, un medicamento que solo se vende con receta, y Canadá lo aprobó como un producto natural para la salud de venta libre, Cravv.
Dado que la citisina es un medicamento de bajo costo, podría formar parte de un plan para aumentar la accesibilidad a la terapia farmacológica para los fumadores, que tiende a ser limitada en los países de ingresos bajos y medios (LAMI).
El autor principal del trabajo Omar De Santi, explica que su ro estudio se suma a la evidencia de que la citisina es una ayuda eficaz y económica para dejar de fumar. «Podría ser muy útil para reducir el tabaquismo en los países LAMI donde se necesitan con urgencia medicamentos rentables para dejar de fumar. En todo el mundo, el tabaquismo se considera la principal causa de muerte evitable. La citisina tiene el potencial de ser una de las grandes respuestas a ese problema».
Este estudio reunió los resultados de ocho ensayos controlados aleatorios que compararon la citisina con un placebo, con casi 6.000 pacientes. Los resultados combinados mostraron que la citisina aumenta las posibilidades de dejar de fumar con éxito en más del doble en comparación con el placebo.
El trabajo también analizó dos ensayos controlados aleatorios que compararon la citisina con la terapia de reemplazo de nicotina, con resultados modestos a favor de la citisina, y tres ensayos que compararon la citisina con la vareniclina, sin un beneficio claro para la citisina.