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El Consejo de Ministros ha aprobado el decreto que acaba con las excepciones de las que disfrutaban los productos de tabaco calentado y los equipara al tabaco convencional. El Gobierno traspone así la Directiva Delegada 2022/2100, que modifica una anterior, con casi seis meses de retraso, pues la fecha límite fijada en la norma europea para aplicar su contenido en España se cumplió el pasado 23 de julio.
El nuevo equipo del Ministerio de Sanidad da un paso al frente en este regulación, que permanecía en una cajón con los dos anteriores ministros. José Manuel Miñones y Carolina Darias. El primero anunció su aprobación, que nunca llegó, en una rueda de prensa; en cuanto a Darias las razones para que no se aprobara la norma radican en intereses políticos al presentarse como candidata a las elecciones municipales al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, cargo que ahora ocupa.
En cualquier caso, el real decreto, que supone un punto de partida en la cruzada iniciada por el ministerio en la prevención del tabaquismo, no entrará en vigor hasta pasado tres meses de su publicación en el BOE. El texto, según informa Sanidad, «prohíbe la venta del tabaco calentado que contiene aromas y obliga a que en el etiquetado figuren las advertencias de que es perjudicial para la salud», tal y como aparece en el resto de productos convencionales.
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Además, se amplía la «prohibición de comercializar productos del tabaco con aroma característico o que contengan aromatizantes en sus componentes (como filtros, papeles para fumar, envases o cápsulas), o cualquier otra técnica que permita modificar el olor sabor de los productos del tabaco, o intensificar el humo a los productos del tabaco calentado». Los filtros, papeles y cápsulas tampoco «podrán contener tabaco, ni nicotina».
Hasta ahora los productos de tabaco calentado estaban exentos de incluir un mensaje informativo y las advertencias sanitarias, una excepción que ahora se retira por lo que estarán obligados a incluir ambas cuestiones. Por tanto, las unidades de envasado y el embalaje exterior de los productos de tabaco calentado deberán incluir el mensaje de que «el humo del tabaco contiene más de 70 sustancias cancerígenas» además de las imágenes que ya aparecen en las cajetillas de tabaco convencional.