La semana que viene, el 5 de abril, se abre el proceso de eleccin de especialidades para las futuras generaciones de mdicos espaoles. El pasado 20 de enero Jos Manuel Snchez hizo el examen MIR y su nota fue buena, muy buena: logr el puesto 266, un nmero excelente, que le permite elegir plaza en la especialidad que quiera y casi en el lugar que se le antoje.
Qu especialidad desea? Enfermedades Infecciosas, pero no existe en Espaa. En nuestro pas no est reconocida la especialidad mdica. O Jos Manuel cambia de especialidad o emigra a otro lugar para hacer la que le gusta. Tiene unos das para pensrselo. Pocos.
No hay infectlogos en Espaa? S, pero son «infectlogos sin papeles, gente que se ha buscado la vida para formarse», como dice grficamente Federico Garca Garca, presidente de la Sociedad Espaola de Enfermedades Infecciosas y Microbiologa Clnica (Seimc). «Tenemos que acabar con esta barbaridad -aade-, y la nica manera es aprobar una formacin reglada». Es decir, una especialidad mdica va MIR, defiende el presidente, «porque la espectacular evolucin que ha experimentado nuestro campo de actuacin exige una formacin exhaustiva de varios aos». El programa de la especialidad que propone la Seimc incluye cinco aos de formacin.
Enfermedades infecciosas est reconocida como especialidad clnica en todos los pases de la UE (salvo Espaa), en prcticamente todos los hispanoamericanos y en Estados Unidos y Canad. En Espaa, por ley, tambin debera estarlo: el decreto que regula la formacin sanitaria especializada, y que el Gobierno aprob en 2022, establece 5 criterios para que una especialidad sea reconocida como tal (tener un campo de accin, competencias definidas, especialistas dedicados a ella, aportar una formacin especfica y tener recursos formativos), «y nosotros los cumplimos todos», argumenta el presidente de la Seimc.
Snchez ha barajado la posibilidad de irse fuera, concretamente a Estados Unidos o Suecia, pero admite que las barreras econmica e idiomtica son un handicap. Qu alternativas tiene en Espaa si persiste en su idea de ser infectlogo?
Responde el presidente de la Seimc: «La va ms habitual es hacer la residencia de Medicina Interna, que tiene una rotacin especfica por unidades de infecciosas de entre tres y seis meses«. El 45% de los ms de 4.500 socios que tiene la Seimc son, de hecho, microbilogos, y el 55% infectolgos, con ttulos de especialidades como Medicina Interna (mayoritariamente), pero tambin Medicina de Familia, Medicina Intensiva…
El siguiente paso, segn Garca, es… cruzar los dedos: «Rotar tres o seis meses por infecciosas es insuficiente, pero si un residente sabe que lo suyo son las enfermedades infectocontagiosas, puede ampliar esas rotaciones a costa de sacrificarlas en otros servicios. Ahora bien, todo depende de su tutor, del jefe de Interna y de la infraestructura y las dotaciones que tenga la unidad de infecciosas del hospital donde se forme».
Lo corrobora Francisco Javier Membrillo, vicepresidente de la SEIMC: «Mi experiencia fue la de un MIR de Medicina Interna que, desde el minuto uno, saba que quera dedicarse a las enfermedades infecciosas, y que se encontr con un programa de formacin rgido, con muchas rotaciones y que no me llevaba a aquello que quera aprender. A base de muchas peleas, sinsabores y, todo hay que decirlo, gracias al apoyo de mi tutor, logr ampliar los cuatro meses de rotacin iniciales. Aun as, eran insuficientes para formarme como infectlogo, y lo saba».
El temprano contacto con la Microbiologa en la Facultad de Murcia, donde estudi, fue, precisamente, una de las razones que llevaron a Snchez a enamorarse de infecciosas. «En 3 de carrera di Microbiologa. Yo ni siquiera saba que exista esa suerte de infecciosas de laboratorio, y me encant». A partir de ah, se sucedieron los flechazos: la asignatura clnica de Infecciosas en 5 de carrera; una rotacin de tres semanas por la unidad de Infecciosas del Hospital Morales Meseguer, en 6, y un nombre propio, Elisa Garca, jefa de Infecciosas del Hospital La Arrixaca y su tutora en el trabajo de fin de grado (TFG). «Para m ha sido una referencia», confiesa Snchez. El tema de su TFG confirma, por cierto, que ya tena claras sus preferencias: los efectos del Covid-19 en pacientes con trasplante renal.
La misma disyuntiva que tiene hoy Snchez se le plante hace ms de 20 aos a Luis Buzn, jefe de Medicina Interna del Hospital Universitario de Burgos (HUBU). Dos dcadas y las cosas siguen igual. Buzn opt por hacer dos especialidades, Interna y Microbiologa. «Nueve aos de MIR, con lo que eso implica: sueldo de residente, condiciones laborales de residente, prdida de oportunidades, retraso en la proyeccin profesional… Lo asumes porque persigues lo que te gusta, pero es demencial. Lo cuentas fuera de Espaa, a colegas de todos los pases del mundo occidental, con los que debemos y podemos compararnos, y no dan crdito. No conciben que an nos estemos formando as».
Como internista (y jefe de Interna), Buzn sabe muy bien de qu habla cuando dice que la residencia de Medicina Interna «est muy bien para adquirir conocimientos clnicos y tener una buena base, pero un internista no es experto en enfermedades infecciosas; est a aos luz de ser un infectlogo, de hecho, y eso que mis rotaciones se orientaron en gran medida hacia estas unidades».
El jefe de Interna del HUBU apela al sentido comn: «A nadie se le ocurre que un problema cardiolgico grave lo maneje alguien que no sea cardilogo o que un determinado tipo de cncer no lo trate un onclogo experto en esa patologa concreta; pues bien, si padeces un proceso infeccioso complejo, el especialista que tiene que verte se llama infectlogo. O estamos inventado la rueda o lo estamos haciendo muy mal, y yo me inclino por lo segundo».
Membrillo coincide con Buzn en que, si lo tuyo es la infectologa, la residencia de Interna se queda corta. El internista del HUBU hizo Interna y Microbiologa, pero Membrillo admite que a l le falto eso, «una rotacin bsica en Microbiologa Clnica. Un especialista en infecciosas tiene que trabajar con los datos de los aislamientos microbiolgicos y los resultados de las pruebas que aportan nuestros compaeros de laboratorio. Suples esas carencias formativas con la experiencia, con horas y horas de estudio por tu cuenta y pasando todo el tiempo que puedes en el laboratorio».
Los argumentos profesionales, laborales y organizativos para avalar la necesidad de una especialidad en Infecciosas son importantes, pero hay otro, «inapelable», ante el que «es una irresponsabilidad volver la espalda», dice el presidente de la Seimc: el asistencial.
«Las enfermedades infecciosas son responsables de tasas cada vez ms altas de morbilidad y mortalidad, y la demanda asistencial por problemas directamente relacionados con ellas no ha dejado de crecer en los ltimos 40 aos», argumenta el jefe del HUBU.
El listado de esas patologas (o parte de l, al menos) habla por s solo: el VIH y las enfermedades de transmisin sexual, la tuberculosis y las infecciones nosocomiales; las epidemias anuales de gripe, las de meningitis y hepatitis; las infecciones por virus hemorrgicos, como el bola y el dengue; las infecciones causadas por bacterias multirresistentes y las que han provocado grandes crisis de salud pblica, como el SARS y, por supuesto, el Covid-19.