Los asuntos pendientes toman forma cada verano. Intentas hacerlo, adquieres el hábito y continúas durante todo el año. Para los niños, la práctica de deportes suele ser una actividad extraescolar (fútbol, atletismo…). Si un adulto hace actividad física, puede convertirse en un buen ejemplo para sus hijos. Por eso estos días también se aprovechan para hacer deporte en familia.
Sin embargo, ¿qué pasaría si este amor por el deporte no sólo extendiera sus beneficios a través de la imitación, sino que también dejara alguna huella en nuestros genes que se transmitiera de padres a hijos y nietos? Esto también nos dará un motivo para aumentar nuestra actividad diaria y subir y bajar escaleras en el trabajo o caminar a paso ligero durante al menos 30 minutos al día. Deja un legado saludable.
Están demostrados los beneficios del ejercicio físico, adaptado a las capacidades y necesidades de cada persona; En los últimos años, las mejoras en las enfermedades cardiovasculares, musculoesqueléticas, oncológicas y de salud mental han ocupado muchos estudios.
Los expertos en el campo de la neurociencia consideran que se trata de una sólida intervención en el estilo de vida que se sabe que mejora la capacidad cognitiva. También se ha demostrado que las mejoras cognitivas inducidas por el ejercicio pueden heredarse de padres a hijos, lo que demuestra efectos intergeneracionales. ¿Cómo es posible este traspaso generacional a los nietos? Este es un aspecto abordado por un nuevo estudio publicado recientemente Revista de neurociencia.
Sus hallazgos resaltan la transmisión transgeneracional duradera de los beneficios cognitivos relacionados con el ejercicio, incluso después de dos generaciones, lo que sugiere que el ejercicio moderado puede tener efectos positivos duraderos.
¿Cómo se heredan los genes relacionados con el deporte?
Todo esto será posible gracias a un conjunto especial de microARN que ejercen su influencia a lo largo de generaciones sucesivas. José Luis Trejoeso Departamento de Neurociencia Traslacional, CSIC, Instituto Cajaldonde él lleva Panel de estilo de vida y cogniciónexplica al DM que esta herencia transgeneracional, que salta más de una generación de abuelos a nietos, se produce a través de; mecanismos epigenéticosconcretamente los microARN, de los que ya existe literatura científica que demuestra que se transmiten de generación en generación a través del espermatozoide o del óvulo.
«Específicamente, en este estudio hemos demostrado que el perfil de expresión de los microARN que representan diferencias en la descendencia, apuntar a un grupo de genes los cuales ya se han expresado de manera diferente en sus padres y abuelos. «Dado que sólo estos últimos (los abuelos) hacían ejercicio, hay evidencia de que los microARN responden al ejercicio y ejercen sus efectos sobre los genes diana durante varias generaciones».
En cuanto a ventajas específicas, Trejo señala que, en particular, los nietos han heredado ambas de sus abuelos. mayor capacidad cognitiva (aprendizaje y memoria en tareas espaciales y no espaciales) muy específicos, así como un perfil de expresión genético y epigenético que persiste a través de generaciones».
Sin embargo, aclara que otras características como el crecimiento el número de nuevas neuronas (neurogénesis adulta en el hipocampo), que fue «transmitida de abuelos a padres, no llegaron a los nietos. «Esto sugiere que si bien existe una transmisión transgeneracional de beneficios cognitivos, algunos de los efectos celulares ya se están desvaneciendo».
De hecho, los primeros autores de la obra. Eliza Cintado y: Patricia Tezanossugieren que el mismo mecanismo mediado por microARN también regularía los efectos negativos de un estilo de vida sedentario para la salud del cuerpo y del cerebro, y afectará a generaciones.
El grupo que descubrió en 2019 que los beneficios del ejercicio se transmitían de padres a hijos a través de microARN estudió este proceso en ratones macho. Este mecanismo no ha sido estudiado. ratones hembra debido a mayor dificultad distinguir los efectos epigenéticos del ejercicio, pero los investigadores creen que un mecanismo similar estaría funcionando en las madres que hacen ejercicio, en el que los microARN se transferirían a sus óvulos.
En conjunto, los investigadores creen que estos resultados sugieren una heredabilidad inesperada de los efectos beneficiosos de un programa de ejercicio moderado sobre la cognición. También allanan el camino para futuros estudios. mecanismos moleculares que median estos efectos, como los microARN específicos del ejercicio identificados en este estudio, que pueden usarse como drogas miméticas sobre un estilo de vida saludable.
Además, pueden ser valiosos para apoyar politica de salud basado en evidencia en contextos como el desarrollo, la enfermedad y el envejecimiento.