La Asociación Española de Pediatras (AEP) reclama una mayor formación en salud mental durante el periodo MIR, para que prevenir el suicidio adolescentecuál es la causa número uno de muerte no natural en este grupo poblacional
La prevención del suicidio es aún más difícil, si cabe, en los adolescentes porque, aunque en la literatura se describe ampliamente una relación entre el suicidio y los trastornos mentales en el caso de estos jóvenes, muchos de ellos pueden no denunciarlos o, si lo hacen, sufrirlos. de probablemente no estén diagnosticados antes del primer intento.
«Desde la posición privilegiada de los pediatras que acompañan a los niños desde el nacimiento hasta la adolescencia. Tenemos mucho margen de mejora en la identificación de casos con factores de riesgo«, afirma el coordinador del comité de salud mental de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el Dr. paula armero.
La conducta suicida es mucho más común en adolescentes que desarrollan trastornos mentales, principalmente depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, trastornos alimentarios, TDAH o trastornos del espectro autista. Él El consumo de alcohol, cannabis y otros estupefacientes también aumenta el riesgo..
En algunos casos, un adolescente puede mostrar síntomas o no, pero generalmente no se le ha diagnosticado una enfermedad mental. Los expertos aconsejan Explorar la posible presencia de experiencias infantiles adversas.es decir, eventos o experiencias traumáticas que han tenido un impacto importante en sus vidas.
Así, las experiencias más frecuentes al respecto son: violencia física, psicológica y/o sexual; vivir o asistir a entornos violentos o abusivos; negligencia o abandono; separaciones o divorcios complicados de los padres; bullying o ciberbullying y dificultades con la identidad u orientación de género por miedo a la discriminación”. La suma de estas difíciles experiencias infantiles se asocia tanto con el desarrollo de enfermedades mentales como con la transición a intentos de suicidio. la aparición de patologías físicas en la edad adulta», añade el pediatra.
El desafío de la prevención del suicidio
El comportamiento suicida abarca desde ideación suicida hasta planificación, intentos de suicidio y suicidios consumados. La autolesión no suicida también se asocia con un mayor riesgo de suicidio.
Por eso, como explica Armero, “para la evaluación y prevención del riesgo de suicidio Los síntomas depresivos y la ideación suicida deben explorarse en consulta.pero para eso es imprescindible tener más tiempo por paciente, tener la formación adecuada«Una historia clínica estructurada sirve como guía para el pediatra de atención primaria, recibiendo capacitación continua en la identificación de problemas de salud mental y derivación a un psiquiatra infantil».
Según el coordinador del comité de salud mental de la AAP, «este aspecto debe incluirse en toda entrevista clínica con adolescentes cuando presentan algún problema de salud mental: desesperanza, baja autoestima, cambios de peso o dieta, aislamiento social o eventos infantiles adversos.
Los expertos recomiendan que esta evaluación se realice en un entorno adecuado, un habitación privada con ambiente tranquilo, solo con adolescenteevitando interrupciones y dándoles el tiempo que necesitan para sentirse libres de expresarse sin sentirse juzgados ni minimizar sus problemas.
«El estudio del suicidio no fomenta el suicidio, al contrario. facilita que las víctimas busquen ayuda en el futuro si lo necesitan», afirma la asociación.
Para detectar precozmente estos casos, la AEP también apuesta por la coordinación entre diferentes profesionales como educadores, educadores, psicólogos, psiquiatras, pediatras.
«Juntos, debemos implementar y monitorear estrategias de prevención del suicidio.para lograr que nuestros pacientes mejoren sus relaciones familiares, se sientan amados y apreciados por quienes los rodean, mejoren sus habilidades sociales, participen en actividades y más”, concluye Armero.