Él metformina Es un fármaco muy popular utilizado para tratar la diabetes tipo 2 debido a su capacidad para controlar los niveles de azúcar en sangre. Pero puede ser mucho más y convertirse en un arma contra el envejecimiento. Así lo han sugerido varios estudios en los últimos años, y este jueves lo destacó el último estudio firmado por el español Juan Carlos Izpisa, que demostró por primera vez que el fármaco: retarda el envejecimiento en macacos.
Según sus datos publicados en el último número de la revista celúlaLa metformina proporciona importantes efecto súper protector en animales, especialmente en sus cerebros, lo que abre un potencial terapéutico para el tratamiento.
El equipo de Izpisa, que lidera el instituto científico Altos Labs de San Diego (California, EE.UU.) y es un referente en la investigación sobre el envejecimiento, ha realizado un seguimiento exhaustivo de monos machos de la especie durante más de tres años. Macaca fascicular que tenían 13 años al inicio del estudio, lo que equivaldría a unos 52 años de edad en humanos.
Durante el estudio, aproximadamente la mitad de la muestra recibió una dosis diaria de 20 mg/kg del fármaco, que es la dosis estándar para el tratamiento de la diabetes.
Cada tres meses, los animales eran sometidos a diversos análisis celulares y moleculares, además de exámenes físicos, en general. 65 parámetrospara comprobar su evolución. Además, se utilizaron otros dos grupos de edad con monos más jóvenes para eliminar posibles factores de confusión en la interpretación de los resultados.
Los datos eran convincentes. Los animales tratados mostraron una mejor salud cerebral, una mejor función cognitiva o una mejor memoria que los que no recibieron el fármaco. También ha demostrado efectos positivos en la prevención de la atrofia cerebral y en el retraso del envejecimiento cerebral hasta seis años. «En conjunto, los resultados sugieren que la metformina puede retrasar el deterioro estructural en el cerebro relacionado con la edad, especialmente lóbulo frontal»señalan los investigadores en la revista científica.
Los investigadores realizaron un estudio de 79 tejidos y órganos del cuerpo del animal, que fueron estudiados en muchos niveles diferentes, desde genómico hasta histológico, lo que también mostró un efecto positivo y la capacidad del fármaco para ralentizar el ritmo de envejecimiento. Así, los macacos tratados tenían menos células senescentes, menos tejido fibrótico y menos inflamación crónica, un parámetro importante para evaluar la «edad» de un organismo, entre otros beneficios. Tratamiento también demostró ser seguro y no alteran el metabolismo de la glucosa en animales sanos.
«Los análisis celulares y moleculares a gran escala que realizamos en este trabajo, incluido el cerebro, demuestran por primera vez un efecto beneficioso de la metformina durante el envejecimiento natural en primates», dice Izpissa por correo electrónico.
Aún se desconoce el mecanismo por el cual el fármaco puede proporcionar estos beneficios, afirmó el investigador. «Sabemos que la metformina puede llegar al cerebro y los efectos neuroprotectores que vimos en este estudio indican que sus beneficios son directos y no ocurren a través de mecanismos paracrinos».
«Se ha informado del efecto positivo de la metformina contra las enfermedades relacionadas con el envejecimiento en pacientes diabéticos. Por ejemplo, se ha informado que los pacientes diabéticos que toman metformina tienen un riesgo reducido de demencia”, dice Izpisa.
El potencial de este fármaco para frenar el envejecimiento cerebral y su potencial uso en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas y otros trastornos crónicos es una de las principales implicaciones que destacan los científicos en la publicación, que también señala algunas limitaciones del trabajo, como el hecho de que Sólo se realizó en animales machos.
Para: Salvador Aznar-BenitaResponsable del Grupo de Células Madre y Cáncer del IRB Barcelona, este trabajo es «un estudio muy interesante que abre una potencial ventana terapéutica».
Estos son resultados muy importantes porque los macacos, aunque siguen siendo animales, se parecen mucho más a los humanos que a los ratones, afirmó el investigador. «Y este estudio muestra que la enfermedad dura hasta seis años sin neurodegeneración». Está claro que es necesario replicar los resultados de los ensayos clínicos en humanos, pero el progreso es prometedor, señala. «Además es un fármaco muy popular que ya lo toman millones de personas y que está aprobado tanto por la Agencia Europea del Medicamento como por Estados Unidos», recuerda Aznar-Benitah.
Reordenamiento opcional
La investigación publicada en Cell no es, sin embargo, el único avance en el estudio del envejecimiento que ha presentado esta semana el equipo de Izpisa. Fue publicado en la revista el pasado miércoles. Medicina traslacional científica trabajo que ofrece un enfoque innovador para hacer retroceder el «reloj» del cuerpo. Reprogramación celular parcial que se dirige selectivamente a las células senescentes para rejuvenecerlas.
La eliminación completa o drástica de todas las células envejecidas del organismo, necesarias en algunos procesos, puede provocar muchas complicaciones y no lograr el objetivo deseado, señalan los autores en la revista científica. Sin embargo, su estrategia de apuntar específicamente a determinadas células para hacer retroceder sus relojes está dando buenos resultados, al menos experimentos en ratones que implementaron.
Utilizando un vector viral, los investigadores introdujeron un cóctel de factores de reprogramación (Oct4, Sox2 y Klf4) acompañados de un «controlador» que activa el tratamiento de reprogramación sólo en las células senescentes. Los investigadores descubrieron que este enfoque preciso mejoraba la salud y prolongaba la vida de los animales tratados que no tenían un mayor riesgo de cáncer, un efecto secundario observado al reprogramar células sanas.
«Nuestros hallazgos proporcionan datos fundamentales sobre cómo la reprogramación celular parcial puede revertir el envejecimiento tanto a nivel celular como del organismo», señalan los investigadores.
«Esta investigación permite no sólo frenar el envejecimiento, sino también restaurar la función de los órganos envejecidosreduciendo así el riesgo o la gravedad de las enfermedades relacionadas con la edad”, continúan.
La investigación se llevó a cabo con modelos de ratón que padecían un síndrome que provoca el envejecimiento acelerado. Hutchinson-Gilford, así como en ratones de edad natural. Ambos mostraron importantes beneficios del tratamiento, como una mejor resistencia al estrés, una mejor función de sus células madre, una mejor cicatrización de las heridas y otras mejoras, como una reversión de los patrones de expresión genética relacionados con el envejecimiento, lo que resultó en una mejor salud de los animales.
Esta estrategia de reclasificación parcial puede allanar el camino para nuevas estrategias para “mejorar la salud y flexibilidad en las personas mayores», lo que abre la puerta a las intervenciones médicas, concluyen.