Solo el 15,6% de los afectados por el virus Covid en curso trabajan en condiciones normales, frente al 46% de los que están de baja o trabajan con mucha dificultad. Así lo reflejan los resultados preliminares de la encuesta en curso de vigilancia de síntomas de Covid que lleva a cabo la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) junto con los colectivos afectados. Los resultados de esta encuesta se dieron a conocer durante las XXIX Jornadas de la SEMG en Granada, que se desarrollarán hasta el sábado 17 de junio.
Uno de los objetivos de la encuesta es aproximar la evolución de estos pacientes, desde el inicio de la pandemia hasta la actualidad, para obtener nuevos datos sobre el seguimiento continuado de los pacientes con Covid en cuanto a su estado funcional, y calidad de trabajo. Red de vida y apoyo social. En cuanto al lugar de trabajo, el 27% de los encuestados se encontraba de baja por enfermedad y el 19% realizaba su trabajo con grandes dificultades. junto a, El 9,5% de las personas encuestadas se quedó sin trabajo a causa de su enfermedad. En cambio, solo el 2,9% tiene una incapacidad permanente por la persistencia del virus Covid Y el 1,6% sufre incapacidad permanente por otras enfermedades.
patricia carter Y Rufo estrellaambos de 41 años, pertenecen al 19% «que ha desarrollado su trabajo con grandes dificultades».
yo, eso Contrajo el virus en octubre de 2020 Desde entonces, carga con una larga lista de síntomas, algunos de ellos muy incapacitantes, que complican su trabajo como contador. Además de dolores en todo el cuerpo, Carretero, portavoz del grupo de personas con Covid en curso en Asturias, sufre parestesias que le provocan parálisis en algunas partes del cuerpo, cansancio constante y deterioro cognitivo. “Mi capacidad de concentración se ve afectada, me cuesta tener una conversación intensa durante mucho tiempo… Luego hay días que me despierto y no puedo procesar una conversación, tienes un procesamiento lentísimo, no encuentras el palabras que buscas… trabajo con la cabeza y me afecta mucho dice. Tras un año de baja, Carretero pudo volver al trabajo a pesar de las dificultades porque, dice, la empresa «le dio las facilidades».
Estrella Ruffo, fisioterapeuta y trabajadora por cuenta propia, ha tenido que adaptar su labor en su trabajo a las condiciones de la enfermedad. «lo tengo el 21 de enero Y desde entonces he estado teniendo síntomas, principalmente neurológicos y un poco del sistema nervioso autónomo también”, explica Ruffo, cuyo mutuo conocido no ha reconocido el impacto continuo de Covid.
“El principal problema al que nos enfrentamos es subdiagnósticoÉl lo confirma. Si no tienes un diagnóstico, eres completamente invisible”, coinciden ambos pacientes, que lamentan que en la sociedad e incluso entre parte de la profesión médica, exista una especie de incredulidad sobre la persistencia del Covid.
“Nos asocian con trastornos mentales, ansiedad, depresión… cualquier enfermedad crónica te debilita y necesitas apoyo, pero lo que nos está pasando es real”, dice Ruffo. “Antes del Covid estábamos perfectamente bien, no teníamos enfermedades previas, enfermedades de ningún tipo. Éramos gente activa con chicas jóvenes, con una vida social activa”.
“La visibilidad es necesaria porque la comunidad médica y la sociedad en general todavía tienen muy poco conocimiento de esto, y hay gente que no entiende que esto ha marcado nuestras vidas, que somos muchos millones en el mundo y que tenemos detenido con la pandemia», agrega Carter.
«Necesitamos ver e investigar esta enfermedad multisistémica La vida nos ha destruido Para lo cual no encontramos alivio, ni solución, ni nada”.
Perfil: mujer de mediana edad
La encuesta fue respondida entre octubre de 2022 y enero de 2023 por 1122 personas, y 942 personas la completaron. Aproximadamente el 80% de los encuestados son mujeres con una edad media de 47 años, perfil que coincide con otras encuestas anteriores de la SEMG, aunque la vicepresidenta sénior, Pilar Rodríguez Ledo, ha indicado que el síndrome afecta también a personas, hombres, niños y ancianos.
Los síntomas principales también permanecen: Astenia, problemas neurocognitivos como ‘niebla cerebral’, migrañas o dolor musculoesquelético. Cerca del 90% de los encuestados empeoran con el esfuerzo físico (93,3%) y mental (87,8%).
circunstancia sucede El 23,3% de las respuestas proceden de profesionales sanitarios, el más infectado durante la primera ola. Rodríguez Ledo señala que en un análisis preliminar, los datos indican que la situación laboral de las letrinas no es mejor que la de otros colectivos. «Las adaptaciones son peores y muchos tienen dificultades para hacer su trabajo.. Es cierto que en algunos entornos asistenciales es muy difícil adaptar la actividad laboral, y no porque no quieras hacerlo.
El 33,4% dijo que se aprecia y apoya en el trabajo, mientras que el 71% dijo que se apoya mucho en el entorno familiar y el 57,8% apoya a sus amigos.
La encuesta también contiene preguntas relacionadas con la calidad de vida y el estado de salud. Antes del Covid en curso, los participantes reportaron tener un nivel de actividad de 8.46 de 10 y en adelante lo reportaron como 4.4 puntos, que es una caída similar en términos de percepción de su propia salud. En cuanto al grado de discapacidad percibida, antes de la enfermedad era de 0,76 y después de 6,09.
El médico de familia es el mejor apoyo
En cuanto a la atención sanitaria recibida, la puntuación media de satisfacción en el seguimiento no llega a los 5 puntos sobre 10.. Sin embargo, los resultados muestran que el médico de familia fue el especialista que más apoyo mostró a los pacientes con Covid en curso (31,2% de los encuestados), seguido del internista (12,4%) y el psicólogo (6,1%).
Rodríguez Ledo, que también es el responsable de la Red Española de Investigación sobre el Covid Continuo (RECOPE), lamenta que el departamento asistencial todavía tiene que mejorar en cuanto a la coordinación: «Tengo claro que el desarrollo es desde un punto de vista integral, porque ver a las personas por partes, sin formato, conlleva importantes riesgos para la seguridad del paciente cuando se trata de diagnósticos falsos positivos y falsos negativos».
Por otro lado, se arrepintió. Las unidades de seguimiento de COVID-19 van desapareciendo a medida que disminuyen las complicaciones y complicaciones con la vacunacióncon algunas excepciones, que se mantienen más por voluntad de los propios profesionales que por apoyo institucional.