Una mañana oscura, un camión de bomberos rojo regresa a la base, respondiendo a una llamada de intento de suicidio.. Mañana negra. «Vuelves confundido porque al final hay muchos ‘y si’, ‘y si hiciera esto’… Te late la cabeza, es normal ver morir a alguien para influenciarnos». Al comienzo de la conversación. Sergio Tubo, Bombero del Ayuntamiento de Madrid, formula una premisa. «El culpable de nuestro malestar no es la persona en crisis, es la crisis.» Luego justifica su tristeza. «Nuestra misión es salvar vidas, estas son personas que necesitan ayuda y estamos aquí para ayudarlas».
Lo habitual es que ante los bomberos, otros especialistas intentaran impedir este intento. «El riesgo siempre está ahí, todos los días alguien me habla de esto», afirma. Elena BelmontePsicóloga clínica de Althaia, Xarxa Asistencial y Departamento de Salud Mental de la Universitria de Manresa. Esto se evidencia en los datos de la investigación. Enrique ParadaPsicóloga sanitaria y experta en atención de urgencias. «Al final, un psicólogo o un psiquiatra tiene que tomar una decisión, y hay un 85% ajustado y un 15% de falsos negativos en los que hemos medido el riesgo por debajo del riesgo real. Cualquier mañana puede volverse negra, aunque una consulta de psicoterapia es muy distinta a una intervención de urgencia en urgencias o en una sala de urgencias psiquiátricas. Hay crisis impredecibles en tal o cual campo. «La mente puede tener sus propios objetivos ocultos, ocultos incluso para el hombre mismo». explica Enrique Parada.
La mayoría de las personas suicidas comparten un sufrimiento extremo. Sin embargo, no todos ellos están relacionados con la salud mental. Otros, explica. Daniel Gill, La exdecana de la Facultad de Trabajo Social de Madrid nació del dolor social entendido como incertidumbre y aislamiento. «Hay mucha soledad no deseada, ese apoyo que nos permite solucionar los conflictos de la vida no está, y no todo depende de las herramientas personales, necesitamos de otras», explica.
Números de teléfono y asociaciones que ofrecen ayuda
– En caso de una situación inminente que ponga en peligro la vida, llame inmediatamente al número de emergencia. 112:.
– Si tienes pensamientos suicidas 024:
– Teléfono de la Esperanza: 717.003.717.
– Teléfono de prevención del suicidio (Barcelona): 900.92.55.55.
-Teléfono/Chat ANAR de ayuda para niños y adolescentes 900 20 20 10
– Teléfono Contra el Suicidio – Asociación La Barandilla (Madrid): 911.385.385.
– Asociación RedAIPIS-FAeDS
– Papageno 633 169 129 vivos@papageno.es
– Asociación de Chicas Amarillas
–P81 Asociación social
-APSAV. Asociación para la Prevención del Suicidio. Abrazos verdes. Asturias.
– AFASIB (Familiares y Amigos Supervivientes per sucidi de Les Illes Balears)
-AIDATU. Asociación Vasca de Suicidas
-APSAS. Asociación para la Prevención del Suicidio y Apoyo a los Supervivientes. (Gerona)
– APSU. Asociación para la Prevención y Atención a Afectadas por el Suicidio (Valencia)
-ASAM. (Burgos).
– MEDIA ARCADE-Abrazo: Navarra.
-Biziraun. pais vasco
– BIDEGÍN. pais vasco
– Después del suicidio (Barcelona)
– Fundación Alaya (Madrid)
– Fundación Metta-hospice (Valencia)
– Goyzargi. Navarra
– Grupo de Sobrevivientes de Len.
– Hay una salida, suicidio y pelea. (Cantabria)
– Ubuntu (Sevilla)
– Asociación Luz en la Oscuridad (Tenerife)
– Asociación vuelta a la vida (Tenerife)
Hay tres luces rojas en la pendiente descendente que comienza con el malestar emocional y, en caída libre, puede llevar al suicidio: dolor, desconexión, desesperación. «Hay enfermedades mentales y situaciones extremas en las que sientes que no perteneces, que de alguna manera estás fuera», describe. Mercedes navegaciónpsiquiatra que coordina la Oficina de Salud Mental y Adicciones de la Comunidad de Madrid. Cita una frase que utilizan los profesionales cuando reciben la peor noticia sobre un paciente en una mañana oscura: «Se suicidó». No lo achaca a la culpa, sino a la prevención, donde, dice, «todos somos corresponsables».
Elena Belmonte sintió las emociones que acompañan a esa muerte. «Culpa, ira y compasión por la familia, uno mismo y uno mismo». Esta psicóloga, que forma parte del grupo de trabajo sobre suicidio de la Sociedad Española de Psicología Clínica, no cree en general que los profesionales estén suficientemente formados y que exista un reconocimiento social de su dolor. En la misma situación, el trabajador social Daniel Gill sintió «una sensación de fracaso profesional, de pérdida, a veces sientes lo que incluso tu familia puede sentir». Aunque, como primeros supervivientes, los familiares y amigos del fallecido merecen atención inmediata.
El golpe no desaparece con la siguiente consulta u otra emergencia. «Revives mucho la situación, ves pesadillas, recuerdas los olores». Listas de Sergio Tubo. En 2013, fue a recuperar un cadáver en un lugar de difícil acceso. Durante esta dolorosa tarea, pensaron en lo que harían si llegaban a tiempo. Se dio cuenta que no tienen un protocolo. Diez años de trabajo han convertido al equipo de intervención suicida de bomberos del Ayuntamiento de Madrid en un referente internacional. «Intenté lanzarme, buscar cosas, plasmar ese dolor en una portería», recuerda.
Sergio Tubo del Equipo de Intervención en Intento de Suicidio de Bomberos del Ayuntamiento de MadridMUNDO
Dos palabras explican el efecto. Conexión y dolor. Inseparables, sobre todo en las mañanas negras. “El hecho de que la persona perciba que estás ahí, que tienes un interés genuino, es muy importante”, afirma Elena Belmonte. «Necesito ver a una persona y que ella sienta mi humanidad, además de mi capacidad», afirma Enrique Parada. «Hay pacientes que veo todos los martes desde hace 15 años», añade Daniel Gill. Como trabajadora social, intenta facilitar grupos recreativos, relaciones y la difícil integración de personas con enfermedades mentales graves y de larga duración.
«La mejor manera que conozco de ayudar a alguien es preocupándose». confirma el Mercedes Navo, destacando el valor de esa conexión para detectar un haz de luz. «Es un espacio de seguridad donde una persona se siente segura para expresar su dolor, reconectarse, cambiar la historia del sufrimiento, decirse a sí misma en qué reside la esperanza».
Pero una relación forjada de esta manera debe evitar ciertos obstáculos. Como advierte el formador de personal de emergencias, Enrique Paradael engaño del salvador. «La creencia de que la vida de una persona está en nuestras manos es peligrosa para nosotros mismos. Me someto a un estrés enorme e innecesario». El concepto funciona egoísmo saludable«No me pasó nada parecido, me ayuda a ser un apoyo». Así lo confirma también la psicóloga Elena Belmonte. «El suicidio depende de muchas variables que escapan al control del terapeuta. No somos Dios». Sergio Tubo admite que el intento de suicidio pudo haberlo afectado fatiga de compasión con la persona cuya vida está en juego. «Uno sigue preguntándose si va a sobrevivir, si van a cuidar de él», dice.
Mercedes Navo, Psiquiatra y Coordinadora de la Oficina de Salud Mental de la Comunidad de Madrid
Porque la misma conexión que salva muchas veces también transmite dolor. Enrique Parada señala que alrededor del 15% de los médicos, enfermeras y psicólogos que trabajan con personas en crisis suicidas también experimentan estrés postraumático, ansiedad o depresión. Ese sentimiento de culpa en una mañana oscura puede provocar otras consecuencias negativas. La psicóloga Elena Belmonte señala dos extremos en las «estrategias disfuncionales», desde «no involucrarse» evitando a pacientes con problemas similares hasta ser «sobreprotector» con ingresos y tratamientos conservadores.
¿Cómo deshacerse del malestar emocional? «Para integrar una experiencia traumática o dolorosa, es necesario ser capaz de crear una historia para uno mismo o con el jefe, pasó y yo lo hice…», dice Elena Belmonte. La psiquiatra Mercedes Navo, que también es directora de los hospitales de la Comunidad de Madrid, destaca la importancia de este control «para poder compartir situaciones de especial impacto emocional con los compañeros, para ser más eficaces en la atención de los pacientes, es una estrategia. de cuidado mutuo». Enrique Parada detalla que desde 2018 forma al personal del Servicio Madrileño de Salud en apoyo entre pares ante consecuencias adversas que no sólo están relacionadas con la conducta suicida. ««Estamos viendo un cambio de una cultura en la que te miraban críticamente, ‘¿Qué hiciste y qué no hiciste’, a una en la que ‘cualquier cosa nos puede pasar a todos?’resume.
Cuando Sergio Tubo conduce una camioneta roja hacia una intervención por intento de suicidio, respira, revisa al milímetro su equipo e intenta imaginar el espacio. Revisan los datos que recopilan de la persona en riesgo, integrándolos en las palabras a las que se dirigirán. Aunque los bomberos de Madrid gestionan hasta 25 protocolos, la mañana puede resultar negra. Regreso: muy difícil. «Estamos buscando un momento para hablar, estoy tratando de estar atento a los compañeros que llevan poco tiempo allí». Los acompaña en una «paliza emocional». Comparte lo que aprendes. «Intenta recuperarte lo antes posible y sé honesto contigo mismo y date cuenta de que si necesitas descanso o ayuda, nuestro traje no nos protege de todo».
Cuídate, por tanto, cuídate más. Supervisión, apoyo de pares y hábitos saludables. La psicóloga Elena Belmonte considera el autocuidado la «obligación ética» de instituciones y profesionales. Alimentación saludable, horarios de sueño, lugares para pasar el rato, conciliación de la vida personal y los compromisos laborales. Casi todos hacen referencia al autoconocimiento, a la introspección y a la terapia si es necesario. “Es importante no caer en la ilusión de que por ser psicólogo no necesito ver a un psicólogo”, afirma Enrique Parada. «El profesional de la salud mental es ante todo su herramienta terapéutica, tanto para ella misma como para los demás», afirma la psiquiatra Mercedes Naveau.
«Por el dolor me di cuenta de que somos más vulnerables de lo que pensamos», concluye Sergio Tubo. «Crees que eres invencible y aprendes que eres parte de esas otras personas que también necesitan ayuda. Todos somos frágiles». El trabajador social Daniel Gill está de acuerdo. «Si pudiera llegar a todas las personas que están sufriendo, decirles que no están solos, que todos podemos estar en esa experiencia», dice Mercedes Naveau. Hace un año publicó sus memorias como psiquiatra, The Happy Normal. Título que hace referencia a un poema del escritor cubano Roberto Fernández Retamar.. «Felices los normales, esos seres extraños / Los que no tuvieron una madre loca, / un padre alcohólico, un hijo delincuente…» Un poema con el que se relaciona. «El dolor existencial que atraviesan todas las personas, cada uno por sus propios motivos, y la experiencia de la fragilidad inherente a la condición humana.» Es a quienes se sienten impotentes ante el sufrimiento, a sus seres queridos, a los profesionales que intentan ayudarlos. La fragilidad que en las mañanas negras nos impide apreciar que algún día el cielo volverá a ser azul.
Este reportaje forma parte del proyecto «Once Lives» impulsado por para la prevención del suicidio y en el que participan Rebecca Jahnke, Rafael Álvarez, Yaiza Perera y Santiago Saiz.